Hoy tocaba repetir cursa de montaña por primera vez. Fue la primera en la que participé. La Cursa 3 Comarques de Alpens, con 26,5km de recorrido, y 1060 metros de desnivel positivo acumulado. Fue el año pasado, acompañado de Pere Antequera. Este año el no podía venir tras sufrir un esguince de tobillo hacer aproximadamente un mes. Ese maldito esguince le ha hecho perderse la MTBCN y la carrera de hoy.
El recuerdo de la carrera del año pasado era un poco borroso, aunque recordaba muy bien las dos subidas que marcan el perfil de esta cursa. Una que empieza aproximadamente sobre el kilómetro 8,5 y llega hasta el kilómetro 15, y otra al final de la cursa que va desde el 19,5 hasta el 22,5… Decir que esta última es brutal… En solo 1km subes casi 300 metros… No se si es mucho o poco para los que estéis bien preparados, pero a mi se me ha hecho un mundo…
A diferencia del año pasado que madrugamos de lo lindo el domingo para desplazarnos desde Barcelona, este año hacíamos noche en Alpens, a pie de calle por donde hoy transcurría la carrera. David, Fina y el pequeño Daniel hemos compartido un fin de semana de carreras…

El pueblo no es muy grande, y el despliegue que hacen es increíble. Se vuelca todo el pueblo en la celebración de la carrera. Desde los más pequeños, hasta los ancianos del lugar, que en alguno de los avituallamiento amenizaban la parada.
La plaza del pueblo se queda pequeña. Casi 300 runners, mas los acompañantes, mas los lugareños… Lo mismo pasa con el único bar abierto a las 7 de la mañana, la fonda del pueblo. El ambiente dentro del bar es una pasada… Todo el mundo almorzando, pidiendo cafe, buscando el lavabo…
A las 8,15 horas nos encontramos con Cesar, que pasaba la noche en Manlleu. Allí estamos los tres ya vestidos de toreros… Solo quedan unos minutos para empezar a correr. Cesar va a por nota. Quiere tirar hasta el kilómetro 10 y luego ya verá que tal esta. Nosotros somos mas prudentes. David quiere acabar, y yo solo busco mejorar el tiempo del año pasado. Por un momento pienso en bajar de 3 horas, pero se me pasará en cuanto comencemos.
Perdemos a Cesar nada mas empezar. Ni el jabalí que llevamos en la espalda ayudan a verle a lo lejos. Y mira que son llamativos… Nosotros conseguimos hacer el primer kilómetro por debajo de 5 minutos, ya que es bastante plano e incluso hay algún tramo de bajada. Con todo y con eso, la gente nos pasa… Debemos ir muy lentos. Nos decimos que tenemos que bajar el ritmo, que nos pasen todos si quieren… Hemos hecho el primer kilómetro bastante mas rápido que el año anterior. Recuerdo ese tramo de la carrera en 2012, en el que en cualquier pequeña subida me ponía a caminar. Hoy era diferente. Me encontraba bien, incluso en algún momento David iba por detrás. Hay que decir que el casi no esta entrenando, porque si entrenara solo un poco, le pierdo en la mismísima salida.

Van pasando los kilómetros. A pesar de estar bien, no me siento cómodo. Siempre me pasa. Los primeros kilómetros, ya sean de entreno o de carrera, se me atragantan. Hasta que no llevo 4 o 5 no empiezo a sentirme bien. Hoy también. No tenía que ser diferente…
En alguna subida David se queda atrás, pero baja como los ángeles, y me pilla de nuevo. En los llanos (si es que había algún llano real), vamos juntos y comentando la jugada. Así hasta el avituallamiento del kilómetro 15, donde llego un par de minutos por delante, pero le espero para hacernos una foto con unas vistas inigualables. Hacemos la foto, y me adelanto. Dice que me vaya, que voy mejor… Ya me pillará…
Bajada rápida y comienza la primera subida fuerte. Fuerte y técnica. Tan fuerte que el GPS no detecta movimiento algún tramo. Recuerdo esa sensación de alguna otra carrera. Al llegar arriba la recompensa son de nuevo las vistas. Solo por eso ha valido la pena subir. Vamos delante de un grupo bastante grande, pero nos paramos a ver el paisaje y parte de ese grupo sale delante nuestro y empieza a bajar. Entonces salimos pitando. Bajamos ese tramo como si nos persiguiera el mismo diablo. Adelantamos a varias personas que no es que vayan muy despacio, y nosotros pasamos por cualquier sitio gritando como locos. A estas altura de la carrera y todavía estamos con fuerzas.
La bajada es rápida y larga. Va desde el 16,5 hasta el 20. Técnica en algún tramo, pero muy agradecida. Ahora viene lo duro de verdad… Empezamos a subir, y a subir, y a subir… lentos, pero aún aguantamos juntos. Desde que hemos adelantado al último grupo en la bajada, noto que los gemelos «me avisan». Es muy curioso. Antes no me pasaba. A pesar de llevar las medias compresoras, tengo problemas musculares. Lo bueno es que antes tenía la rampa sin ningún tipo de aviso, por lo que algo si que hemos ganado… Aún con los avisos, seguimos subiendo, trotando cuando podemos (algo que en otras ocasiones no he podido hacer), y seguimos hasta llegar al sitio mas emocionante de todo el recorrido. Un trozo de un corriol, donde la gente esta aplaudiendo, gritando, tocando cencerros, como si de la etapa reina del Tour de Francia se tratará. Cuando pasas por ese tramo, que es de una inclinación muy acusada, se te pone la piel de gallina. En esa subida consigo adelantar a tres chicas y un chico con los que hemos ido bastante rato haciendo la goma. A David lo pierdo en ese momento. Solo queda el último kilómetro de subida, y luego unos 5 de bajada… ¿Solo? Maldito kilómetro…
Me cuesta subir. Los gemelos siguen avisando, he incluso en algún momento tengo un amago de rampa. Casi al final de la subida decido parar, bajarme las medias compresoras y estirar un poco, momento que aprovechan dos de las chicas para pasarme. No hay rastro de David ni de la otra pareja. Sigo bajando como puedo. La espalda me duele también, hasta el punto que me cuesta respirar. Ya me ha pasado algún otro día últimamente. Esta claro que tengo que hacer abdominales y lumbares… Ya he tomado nota para empezar esta semana a fortalecer la zona media.
En la bajada, con las molestias incluidas, adelanto a un par de runners mas. Ya se ve el pueblo, pero el último kilómetro te obliga a rodearlo un poco. Cuando entro al pueblo veo a lo lejos la puerta de la casa en la que nos alojamos, y en la puerta esta Fina con la cámara, y el enano esperando a que pasemos los dos Morlacos que faltamos. Les saludo mientras me hace la foto y sigo, que solo quedan 100 metros. En la meta el crack Cesar Cardozo, con la cámara en mano, y recibiéndome como si fuera la última persona que esperaba ver en ese momento. Decir que la entrada a la plaza es increíble, con los niños poniendo la mano para que les saludes, como si fueras el mismísimo Kilian Jornet… Al llegar me siento en el suelo y Cesar me ayuda a estirar un poco los gemelos. Ahora a esperar a David, quien a los pocos minutos llega a la plaza con Daniel en brazos. Que imagen mas chula…
El Morlacos Team ha convertido Alpens en #morlacosland demostrando que la #morlacosattitude es lo que se necesita para conseguir los retos.
Cesar ha acabado en 2h28m, yo en 3h20m (21 minutos menos que en 2012), y David en 3h28 (creo…)
El año que viene Alpens estará tomado por mas Morlacos seguro… Que tiemble la montaña que ahí vamos!!!
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