Estamos en un mes atípico. Junio es uno de esos meses raros. Cursa de les 3 Comarques, CiclEpic de 72kms, triatlón olímpico de Cambrils, 24 horas Cyclotour de Calafat… Muchas pruebas apetecibles, y poco dinero y poco tiempo para poder hacerlas todas y disfrutar de ellas. Por no hablar de las que ya no nos hemos planteado ni preparado como por ejemplo Bastions o la Ultra de Emmona… Y es que no se puede.
Correr, ir en bici, hacer triatlón… el deporte está de moda. Encima con la llegada inminente del calor llega también el momento de ir a la playa, y de lucir el palmito que algunos se han trabajado durante el invierno para enseñarnos en estas fechas que la moda del “veganismo” es una opción de forma de vida sana.

Ahora bien, creo que se nos ha ido de las manos. Al menos a mí, aunque por la gente que veo en las diferentes carreras y con las que coincido en la mayoría, no soy el único con problemas de agenda. Aunque creo que seguramente soy el único que se ha apuntado a dos cursas el mismo día… suerte que una era gratuita y pude cancelar la inscripción. Y es que el deporte además de ser moda, es cada vez más un negocio. Aunque del negocio hablaremos otro día…
Ahora todo el mundo es trail runner, triatleta, o simplemente runner. Y es que si no eres “algo” de esto no estas adaptado a la sociedad. Todos nos preguntamos “¿Dónde está el límite?” o como ser Josef Ajram, todos queremos parecernos a Kilian Jornet y todos queremos ser como Nairo Quitana, aunque un poco más altos.

Pero, ¿a costa de qué? El otro día entrenando comentaba con un amigo mis objetivos para lo que queda de año, y mi sueño para el año que viene. Este año aún quedan retos importantes en la agenda… Maratón de Las Tucas (Maratón del Aneto), Triatlon WITL? Olímpico en Deltebre, 24 horas Cyclotour de Calafat, triatlón “half” Sailfish de Berga, Marató del Pirineu… y seguro que alguna más. Demasiadas cosas. Algunas demasiado juntas. Y el año que viene… ¿un IRONMAN? “¿Por qué no este año?” me decía mi amigo. “Estas preparado”. Yo creo que no. No es lo mismo acabar con las sensaciones de haberse preparado una prueba a conciencia, a terminar al borde de la extenuación y sufriendo, pensando que no acabarás o simplemente que no se termina nunca.

Algo así viví el domingo. Misma carrera que en 2013. El año pasado, con algo más de peso corporal, pero con más entreno de running en las piernas, acabé la Cursa de les 3 Comarques con unas sensaciones bien distintas a las de este año. Prácticamente el mismo tiempo (unos 5 minutos de diferencia, con un cambio de recorrido que hacía más dura la edición de este año), pero con ganas de que se acabara la carrera incluso en los últimos kilómetros que eran de bajada. A esas sensaciones me refiero. No quiero hacer las cosas por hacerlas. Quiero disfrutar de cada carrera, de cada evento. No haré el IRONMAN a no ser que crea que estoy preparado, por muchas ganas que tenga.