Ayer el Morlacos Team participó en el Maratón de las Tucas, también conocido por el Maratón del Aneto. Independientemente de los resultados, quiero decir antes de comenzar la crónica, que todo el mundo debería poder ver la montaña desde ese punto de vista. La emoción que sentí en el momento de llegar casi al punto más alto del recorrido, envuelto de nieve, con un riachuelo bajando y ambientando el momento con el rumor del agua, con algo de aire, con frío y rodeado de runners, no tiene precio. Te sientes pequeño, insignificante. Pero es una sensación que todos deberíamos sentir…
Ahora os dejo la crónica. La carrera parte en Benasque. Eso nos hacía cambiar la dinámica de las carreras en las que el Morlacos Team participa. Normalmente corremos por Barcelona y alrededores, pero esta vez la distancia nos hacía que tuviéramos que salir el día de antes, y hacer noche en Benasque. Realmente en Benasque no, ya que no conseguimos encontrar ningún apartamento. Nos hemos alojado en un pueblecito cercano.
Llegábamos a Benasque sobre las 20 horas del viernes. Un pueblo precioso, típico del macizo pirenaico. Casas de piedra, tejados de pizarra, y envuelto por montañas que se nos antojaban altísimas. El ambiente ya era de plena efervescencia. Runners por todas partes, agentes de la Guardia Civil, gente de la organización. A las 21 horas comenzaba el briefing específico del maratón, y ya previamente se había hecho el de la Vuelta al Aneto (62km) y el de la Gran Trail Aneto (114km). Antes de subir al briefing, recogida de dorsales y de la bolsa del corredor, donde el obsequio del patrocinador era en esta ocasión un paraguas enorme, como avisándonos de la que se nos avecinaba.
Comentar aquí un detalle que tras charlar con varios corredores antes, durante y después de la carrera, surgió como sugerencia para sucesivos años. La mayoría pensamos que una carrera así es digna de tener una camiseta conmemorativa de FINISHER. La dureza de la prueba lo vale. Acabar como acabaron muchos runners, sufriendo incluso principios de hipotermia en algún caso, demuestra que el que lleve una camisera de finisher (ya no del maratón de las Tucas, sino de cualquiera de las distancias), es porque ha hecho algo grande.

En el briefing consejos de lo que nos vamos a ir encontrando durante el recorrido. La verdad es que fue interesante. Era el primer briefing al que acudía antes de una carrera y lo encontré divertido. Se palpaba la tensión entre los asistentes, y los comentarios de la organización ayudaban a «destensar» un poco el cuerpo. Mención especial a Jorge García-Dihinx autor del blog LA METEO QUE VIENE, que hizo reír a todo el briefing cuando la organización mostraba su blog en la pantalla, y el contradecía a Protección Civil que pronosticaba tormenta el sábado tarde, mientras que Jorge lo negaba. Está claro que el tiempo es tan cambiante, y mas en la montaña, que se hace totalmente impredecible acertar. En cualquier caso, gracias Jorge.
Tras el briefing nos reunimos con los «morlacos» adoptados del «Where is the limit?», Soraya Gil y Rafa Gonzalez, con quien íbamos a cenar y a comentar un poco la previa a la carrera. No fue posible, porque a pesar de encontrarnos entre tanta gente, no encontramos un bar o restaurante donde sentarnos todos juntos. Al final el Morlacos Team cenó por un lado, y el Where is the limit? por otro. Decir que los Morlacos nos metimos entre pecho y espalda unos huevos estrellados con morcilla, que si no es la dieta mas idónea para un runner en la noche previa a la carrera, nos sentó genial y estaba impresionantemente buena…
Mientras cenábamos entre risas y bromas, veiamos a los valientes que empezaban a las 0 horas del sábado la Gran Trail Aneto de 104km… Ahí es nada…

Al llegar al apartamento donde nos alojábamos, preparamos nuestras cosas con el mimo habitual. Cargamos las mochilas de agua, preparamos los geles, el magnesio, etc… A dormir!!! Mañana nos toca una prueba bien dura.
Por la mañana Manu nos prepara unos sandwiches de Nocilla, que si a Kilian Jornet le va bien, a nosotros seguro que también… Hemos dormido en el apartamento Manu, Fernando y un servidor. Ivan y Pere duermen en otro pueblo, y hemos quedado con ellos a las 8.30 horas. Al recogerlos, Manu les entrega sus bocadillos de Nocilla. Ivan no está por la labor, y prefiere pasar de la Nocilla. Cuando aparcamos vamos a tomar un café, que siempre va bien, y ademas aprovechamos para ir al lavabo.
Nos dirigimos al control de salida, para pasar el chip. Allí nos encontramos a Silvia, Soraya, Rafa y Luca del Where is the limit?, con quien tras intercambiar unas palabras y quitarnos los nervios los unos a los otros, nos hacemos la foto que Soraya titula «Fusión de teams!!»… La verdad es que poco a poco vamos coincidiendo en mas carreras, y ya empezamos a tener varias fotos de carreras compartidas. Mola…

Cuando pasan unos minutos de las 10 de la mañana empezamos. En los bolsillos frontales de la mochila SALOMON de 5 litros llevo el móvil en uno, y una botella de POWERADE en el otro. En los primeros pasos se me cae la botella. La recojo y le pego cuatro sorbos. No pienso llevarla en la mano, por lo que la tiro en el primer container que veo. Desde el inicio la carrera sube. Nos dirigimos a la estación de Cerler. A los pocos metros de la salida nos encontramos algún pequeño tapón en los caminos. Nada comprable a lo de la MTBCN, y rápidamente seguimos corriendo. Vamos los cuatro de los cinco Morlacos juntos. Manu se ha ido delante con un amigo que se ha encontrado en la salida. Tiene muchas ganas… Ivan lidera nuestro grupo, junto a Pere. Joder… Están fuertes. Fernando no se queda atrás. Yo siento que voy por encima de mis posibilidades, y llegamos al primer control juntos, pero creo que se me van a ir enseguida.
En la bajada de Cerler se me escapan unos metros. No por el ritmo de la bajada, sino porque se queda gente entre medio y no hay mucho espacio para pasar. Bajo corriendo como si me persiguiera el mismísimo demonio, pidiendo paso a izquierda y derecha, y dando zancadas como si pesara 15 kilos menos. Cuando los alcanzo aguanto con ellos hasta el kilómetro 9, donde empieza la subida saliendo del pueblo de Eriste. Allí ve gritan Helena y Lara, a las que no había visto, y que nos están haciendo fotos.

Un kilómetro mas allá me paro a tomar mi primer gel. Sentado en una roca, que quedo a cuadros al ver pasar a Manu sudando como un pollo, diciéndome: «Nos hemos perdido…» mientras sigue corriendo camino arriba. Ahora empieza mi carrera de verdad. Sabía que no podría ir con ellos. Para mi ya ha sido todo un logro acompañarles hasta aquí. Ahora viene la carrera mas mental de mi vida. Me la quiero tomar de forma que sean 3 carreras de 10km, como hice en la MTBCN. No estaba tan preparado como ahora. Mejor dicho, tenía menos entreno. Eso no quiere decir que ahora tenga el entreno adecuado.

Seguimos subiendo, en dirección al parking de Espigantosa. La subida es semi asfaltada. La pendiente es importante en algún tramo, y el calor aprieta. Es el primer avituallamiento de los dos que tiene esta carrera. Es de semi-autosuficiencia. Hay que llevar encima la comida necesaria. Y menos mal… Cuando llegamos al avituallamiento no queda ni agua, ni fruta. Solo frutos secos y unas barritas de Muesli. No me apetece ni una cosa ni la otra. Uno de los voluntarios nos indica que hay agua en una fuente unos metros mas arriba. Al volver a subir veo sorprendido a Ivan… Se queda. Tiene un dolor en el pecho desde hace unos días, y no quiere arriesgar. Una decisión muy sabia. A pesar de ser el Morlaco más preparado del grupo, no puede seguir. Quedarse en el kilómetro 13 después de tanta preparación no es cosa fácil. Hay que tener la cabeza muy fría para hacerlo, y se tiene que ver muy mal para abandonar. Ivan, solo te digo que hay miles de carreras, y que queremos verte pronto de nuevo con nosotros.
Ivan me dice que Pere esta unos tres minutos por delante. No voy a apretar. Me conformo con seguirle de lejos. Tras una curva, veo a un montón de corredores parado cargando sus mochilas de hidratación en el río. Por un momento pienso que no voy a coger agua, pero gracias a Dios me doy cuenta de que he de cargar. ¿Y si me sienta mal ese agua? ¿Y si no es buena? Lo sabremos en un rato… Ahora la necesito.
El siguiente control nos lo encontramos en el km 18 aproximadamente. Es el refugio de Ángel Orús. La subida hasta el refugio es dura. Se hace larga, y conforme vamos subiendo se va notando el aumento del viento y el frío. Ya estamos sobre los 2.000 metros de altura. La salida estaba a unos 1.100 metros aproximados. Tras la subida y bajada de Cerler, hemos vuelto al mismo nivel que la salida, por lo que ahora llevamos unos 1.000 metros de desnivel positivo en poco mas de 8 kilómetros.
La parte más dura del recorrido viene ahora. Los kilómetros se hacen eternos y no pasan. El tiempo si. Me salen parciales de 19, 20, 25 e incluso 30 minutos el kilómetro. Si bien es cierto que voy parando a hacer alguna foto, la subida es impresionante. Las vistas maravillosas. Son dignas de ver. Todo el mundo tendría que subir allí alguna vez. Mirar a un lado y a otro y ver esas montañas, esos picos, esos acantilados… Te hace sentir pequeño, muy pequeño. Te das cuenta de que no controlas el medio. De que no eres de allí. Llevamos más de un año haciendo montaña, pero nunca habíamos subido tan alto. Para nosotros los 1.236 metros de Sant Jeroni ya era algo muy grande.
Sobre el kilómetro 19 o 20 cruzamos el primer torrente serio. La organización ha puesto unas rocas para que pasemos sin mojarnos, pero no es muy eficaz. Al cruzar, cuando llevo unos 400 metros, me tuerzo el tobillo derecho. Noto un chasquido. Me dejo caer pensando en lo peor. Pensando que me he roto el tobillo y que a ver como bajo desde allí. Como dice el anuncio, «El ser humano es extraordinario…». Tras unos segundo de pánico por tener que abandonar, y si que nadie a mi alrededor me haya visto, me levanto y pienso que no debo dejar que se me enfríe el tobillo. Creo que lo mejor es que siga, que baje un poco el ritmo, pero que no me pare. Quedan un par de kilómetros para llegar al Collado la Plana, que es el punto más alto de recorrido con sus 2.700 metros de altitud. Este tramo es extremadamente duro. Pensar que tras la subida los 20 kilómetros que faltan son de bajada, me ayudan a dar un plus. Llevo 5 horas y media aproximadamente. Mas o menos lo que tenía previsto. El tobillo no me duele demasiado y los geles y el magnesio están haciendo su trabajo bien.

Las vistas son increíbles. Ver esa cantidad de nieve a estas alturas del verano, te hace pensar en el frío que debe hacer ahí arriba por la noche. El cielo esta bastante tapado ahora… Irónico con el calor que hacía en la subida al parking de Espigantosa. El collado impresiona. Los lagos (aquí se les llama ibón) son de agua transparente. La nieve los rodea en lo que se llaman palas. Alguna la rodeamos, pero alguna la tenemos que cruzar por la nieve.
Cuando estamos en el punto de control del collado, la Cruz Roja nos avisa de la peligrosidad de la bajada. Es muy técnica, de grandes rocas que hacen que vayas saltando de una a otra, y que en mas de una ocasión tengas que ayudarte de las manos para no caer. Esto tira por tierra mis planes. Pensaba bajar en unas 3 horas, pero la cosa se va a alargar si o si. Adelanto a bastante gente en esta bajada. No digo que fueran lentos… Seguramente era yo que bajaba demasiado alocado. Cuando la zona de rocas se suaviza y se convierte en un «corriol» menos abrupto, a eso del kilómetro 24 más o menos, me tuerzo de nuevo el tobillo tras adelantar a tres corredores. Esta vez pienso seriamente en la retirada. Me ha dolido mucho más que antes, y es el mismo tobillo. Me dejo caer y uno de los runners me ayuda a estirar la pierna para ver si esta roto. Me levanto de nuevo, pruebo a pisar con fuerza y seguimos bajando. Esto me limita en la bajada mas todavía. Mi ritmo se ve afectado por el miedo a torcerme de nuevo el tobillo, y por el dolor de rodillas que tengo en las bajadas, debido al esfuerzo de la subida, y al esfuerzo de la zona de las rocas de los últimos 3 kilómetros.
El siguiente punto de control es en el refugio de Estós. Está en el kilometro 30. La bajada se va suavizando poco a poco, y las rocas dejan paso a un camino mucho mas corrible. Lastima de mi tobillo… Cuando llegamos al kilometro 26 el camino empieza a subir de nuevo. Será así hasta el refugio.
Me paro a «repostar» y noto que empieza a chispear. Son solo unas gotas. Espero que no vaya a mas. En ese momento me doy cuenta de que hace mucho rato que no veo a nadie. Ni delante, ni detrás. Me estoy quedando sin agua, y el cielo cada vez esta mas oscuro. Hace frío, por lo que vuelvo a ponerme el cortavientos que me había quitado en la bajada del collado. ¿Me habré equivocado de camino en algún momento? Hace rato que no veo ninguna cinta de la organización y voy siguiendo el GR, pero tal vez el recorrido no es este…
A lo lejos me parece ver a un corredor. Veo algo rojo. ¡¡Es una cinta de la carrera!! Veo un riachuelo y aprovecho para llenar de nuevo la mochila. Ya llevo unos tres litros de agua. Todavía no he parado en las casi 8h30m que llevo a orinar. Ya lo haré luego. Llenando la mochila meto el pie totalmente en el agua, que baja helada. ¡¡Joder!! ¿Ahora tengo que correr mojado? Vaya gilipollez de frase…
Quiero llegar al control. Me duele el tobillo y quiero salir de este tramo. La montaña a mi derecha parece que me mira diciendome «Ya verás ahora…» A mi izquierda no tengo perpectiva. Hace frío, cada vez más. Las pocas gotas se han convertido en una lluvia intensa, y voy calado de arriba a abajo. Y yo me quejaba por mojarme el pie hacía unos minutos… Veo a la derecha a lo lejos el refugio. Tengo que bajar la ladera para volver a subir hasta el. El agua y el barro hace que en esa bajada me caiga un par de veces al resbalar. El tobillo me duele mas. No solo el tobillo. Correr mojado hace que mis pies sufran mas de la cuenta. Creo que el dedo gordo de ambos pies, me lo tendrán que amputar al acabar la carrera… Eso si la acabo, porque por mi cabeza pasa el fantasma del abandono. No pasa nada. Hay mas carreras. No contaba con torcerme el tobillo, y menos con esta tormenta… Si pillo a Jorge, el de «La meteo que viene»… jajajaja… Ahora me estoy riendo, pero os aseguro que en ese momento llegué a pasar miedo. Seguía solo. Estaban cayendo chuzos de punta. Me dolía todo.
Tal era mi desesperación que cuando la chica del control me «ficho», le dije que abandonaba.
-Me quedo.
-No puedes hacerlo aquí. Tienes que hacerlo en el siguiente punto. A unos 15 minutos mas o menos. Aquí no tenemos coche -me contesta ella.
En ese momento me quería morir. Subo y entro en el refugio. Pienso en que hacer. No hay cobertura en el móvil, y no puedo avisar al grupo de que abandono. Fuera sigue lloviendo. Parece ser que mientras estuve dentro del refugio cayó incluso granizo. Al cabo de unos minutos me levanto y salgo… He llegado hasta aquí y solo quedan unos 12 kilómetros. Aunque sea caminando lo voy a acabar. El tobillo sigue molestando, pero parece que no será para tanto. La bajada es casi, casi una pista, y puedo correr. Las bajadas mas pronunciadas las tengo que hacer caminando, por el dolor de los dedos de los pies y de las rodillas. Son muchas horas ya.
Al llegar al avituallamiento, queda melón… ¿Que chorrada no? Pues no sabéis la alegría que me hizo. Como unos 6 trozos, unos frutos secos, y cojo un buen puñado de almendras garrapiñadas que me llevo y voy comiendo mientras arranco de nuevo. Al acabármelas me paro a orinar. Llevo unas 9 horas de carrera. Ya tocaba. Empiezo a correr mas continuo. Empiezo a adelantar a varios corredores. Alguno de ellos se unen a mi, y vamos juntos unos 3 o 4 kilómetros. Cuando faltan unos 4 kilómetros para la meta, se acaba el camino y nos hacen correr por asfalto, por el arcen de la carretera, hasta Benasque. En ese tramo adelanto a 4 runners mas. Uno de ellos cuando le digo que me siga me dice que no, que yo voy muy fuerte… Si supieras…
Los coches nos pitan. Esta lloviendo muy fuerte, y esta oscureciendo por momentos. Las imagenes de los coches con las luces encendidas, la lluvia cayendo a contraluz, la gente de los coches mirandonos asombrada, no se me olvidará jamás. Aunque lo que creo que no olvidaré en la vida en la llegada a Benasque.
En la entrada del pueblo un voluntario con un «sable láser» como los de la Guardi Civil que se protegía de la lluvia con un casco de moto, me dice que solo quedan 300 metros… La gente del pueblo se esconde en los portales y bajo los balcones de las casas, pero siguen ahí, dando ánimos y aplaudiendo a los corredores que vamos llegando con cuentagotas. La piel se me pone de gallina, y estoy intentando hace bastante rato no ponerme llorar. La gente aplaude sin decir nada en muchos casos, o gritando que ya está en otros. Escucho más ruido y veo la recta de meta. A lo lejos escucho gritar a Manu, y el resto del team se acercan a recibirme. ¡¡¡Ya estoy aquí!!! Me paro en seco antes de cruzar la meta. Tiro los palos al suelo, me quito el cortavientos que llevo enganchado al cuerpo como si fuera una segunda piel, y me dejo caer de rodillas mientras estiro la camiseta para que se vea bien el nombre del Morlacos Team… ¡¡Que momentazo!! Inolvidable… Pere, Ivan, Manu, Nando, Helena y Lara viene a abrazarme y a felicitarme. Da igual el sudor, da igual la lluvia, da todo igual… Ivan me grita que estoy «mu loco». Si lo dice Ivan seguro que es verdad. Manu me ha sacado 2 horas, Pere algo más de 1 hora, y Nando unos 50 minutos. Estoy muy contento. Todavía no me lo creo. He estado a punto de abandonar, pero algo en mi ha reaccionado. Mucha gente cree en mi, y no podía fallarles. Este equipo no sería lo mismo si no tuviéramos la fuerza para hacer estas «locuras controladas».

Soraya, Rafa y Silvia lo pasaron bastante mal. Sobre todo Silvia, que tuvo que ser atendida por hipotermia. A Soraya le afecto la altura, y tuvo vómitos, mareos, aunque ambas acabaron la prueba. Rafa tiró de Soraya acompañandola toda la carrera, y sufriendo con ella. A Luca le fue bastante mejor. Como decía en Facebook, el balance han sido tres uñas de los pies… 😉
¡¡No te quejes Luca!! Solo es una más que yo… y tu sin esguince!!!
En el Aneto hemos vuelto a demostrar lo que es tener #MORLACOSATTITUDE y como dirían los amigos del Where is the limit?, demostrar que en el Aneto tampoco esta el límite del Morlacos Team.
Disculpad la longitud del post, pero creo que la carrera se lo merecía. Lo dijimos en Facebook el sábado antes de la salida. «Llegamos a Benasque Runners, pero nos vamos convertidos en leyenda..»
Claro que la carrera que te has marcado merecía este post! muchísimas felicidades por superarte, pese al clima, el esguince… qué barbaridad, estás hecho de otra pasta!
jajajaja… Gracias Celina!!!
La verdad es que ahora miro atrás, y me sorprendo…
Realmente el cuerpo tiene muuuucho aguante, mas del que imaginamos…
Buenas.
Me alegra ver tu crónica y que disfrutases del recorrido. Yo vi a vuestro compañero que se retiraba casi en espigantosa. Una lastima, pero hay mas carreras y el año que viene esta seguirá aquí.
Creo que fuimos cerca en algún punto del de recorrido, dices que a las 15:30 andabas por el collado, yo a esa hora exacta pasaba por allí.
Yo también disfrute de la carrera, la acabe en 8h30min con calambres desde el km 13 y con una ampolla desde el 10. El año que viene a repetir y mejorar.
A cuidar ese tobillo y enhorabuena.
Gracias crack!!! Pues que lastima no vernos… Me hubiera hecho ilusión.
Es una pasada ver como nos vais reconociendo en las carreras.
Felicidades por tus 8h30m… Fue muy duro…
El año que viene saldrá mejor todavía!!!
FELICIDADES CRACK !!! Doy fe de la dureza del recorrido , probablemente vi las caras de muchos de los que pasaron por el último avituallamiento y intente animar a cada uno de ellos, aunque me quedé con ganas de ver la tuya y la de algun hermano mio WITL , al final decidí bajar con Luca !! Felicidades a ti y a todos los que acabaron o intentaron acabar ,empieza a pensar ya en el siguiente reto crack !!
Gracias Sergi!!!
Estoy muy contento… Ya no solo por acabar, sino porque me voy sintiendo mejor, y recortando diferencias a los cracks del team.
El siguiente reto ya esta en marcha… La Ruta de les X Ermites para finales de Septiembre… Si te animas sera un placer hacer esos 50kms contigo.
[…] CRÓNICA DEL MARATÓN DEL ANETO 2013 […]
Crónica espectacular. Describes sensaciones y la ruta de la carrera muy bien. Gracias por la información que me facilitaste esta mañana cuando llamé. Leyendo tu carrera a ver quien se niega a correrla.
Espero poder estar allí este año.
Gracias por tu comentario Miguel. Si puedes ves, porque es una experiencia.
Reblogueó esto en SIEMPRE CORRIENDOy comentado:
A solo dos semanas de tomar la salida en Benasque, mil dudas en mi cabeza… Pero bueno, parece que empieza a ser un ritual en cada reto…
[…] CRÓNICA MARATÓN DE LAS TUCAS 2013 CRÓNICA VUELTA AL ANETO 2015 […]