El running está cada vez más de moda. Con el paso del tiempo cada vez son más personas que deciden optar por esta disciplina deportiva a la hora de ponerse en forma. Las ventajas que ofrece para nuestra salud y los pocos recursos que se necesitan para practicarlo, tan solo unas zapatillas y ropa de deporte, hacen de esta práctica algo asequible para casi la totalidad de la población. Además, la fácil adaptación a la rutina del running para aquellos que comienzan a practicarlo es uno de los mayores atractivos para aquellas personas que nunca han practicado ningún deporte y que por fin han decidido dar el paso hacia una vida más saludable. Si bien no es una disciplina tan masificada como el atletismo, lo cierto es que en los últimos años ha experimentado un repunte considerable en el número de corredores que lo practican.
Sin embargo, y a pesar de la sencillez en su práctica que comentábamos, son muchos los aspectos que se deben tener en cuenta antes de calzarse las deportivas y salir a la calle, sobre todo para aquellos que todavía se están iniciando en esta disciplina. Uno de los mayores problemas a los que se suelen enfrentar los corredores es la comida que se debe ingerir antes de cada entrenamiento. Esto es algo habitual en todas las disciplinas deportivas, de hecho hasta en los deportes mentales como el ajedrez o el póker, es de vital importancia mantener un control sobre lo que se come ya que determinados alimentos pueden influir de manera negativa sobre nuestro organismo.
Para aquellos que practican el running a media tarde o por la noche, esto no supone un gran problema porque no hay que hacer una comida realmente consistente antes de salir a correr, ya que o bien han comido a mediodía o lo harán a la vuelta con la cena. En cualquiera de los dos casos, se recomienda hacer comidas livianas y que no sean pesadas para el estómago con el fin de ayudar a la digestión. Sin embargo, llevar a cabo un buen desayuno es más complejo, ya que no desayunar no es una opción y hacerlo en poca cantidad, mal y a prisa tampoco se plantea como una buena elección si esperamos salir a correr inmediatamente después.
Estamos hartos de escuchar día tras día en los medios de comunicación a expertos que recalcan la importancia de llevar a cabo un desayuno equilibrado y sin embargo somos muchos los que, por falta de tiempo o costumbre, no nos sentamos a la mesa tranquilamente para realizar la primera comida del día. Desayunar bien es una máxima para todos, no solo para los deportistas, por lo que es importante que nos cuidemos en este aspecto no solo cuando vayamos a salir a correr sino todos los días. Pero centrándonos en los días en los que tengamos pensado llevar a cabo una sesión de entrenamiento, los expertos recomiendan optar por un desayuno abundante rico en cereales, lácteos, fruta, frutos secos y pan. Seguro que a muchos les sorprende que esta primera comida del día deba ser copiosa pero, para que nos hagamos una idea, un futbolista de élite debe consumir al día un total de 3.500 kilocalorías. El desayuno representa el 25% de esa cantidad, por lo que estaríamos hablando de un total de 800 kilocalorías.
De esta forma, nuestros desayunos deben incluir hidratos de carbono (presentes en los cereales, la fruta y el pan), proteínas (las conseguiremos a través de los lácteos) y grasas saludables, presentes en los frutos secos. Además, es importante que estos alimentos sean ricos en fibra, por lo que debemos optar por pan integral en vez de pan blanco y por unos cereales que contengan un porcentaje alto en fibra. Olvidaros de las marcas más industriales porque suelen contener altos niveles de azúcar, y procurad comprar ambos productos lo más naturales posibles.
La fruta podemos consumirla entera o bien en zumo. Esta segunda opción es más interesante, ya que nos permite combinar varias piezas de fruta en una sola elaboración. Eso sí, nada de echarle azúcar a mayores o no servirá de nada.
En cuanto a los lácteos, es preferible optar por la leche y por los yogures en vez de otros productos. En caso de preferir la primera, es importante que ésta sea desnatada o como mínimo semidesnatada para evitar el aporte graso excesivo. Además, es aconsejable que sea enriquecida en vitaminas A, D y calcio para ayudar a prevenir diversas dolencias óseas. El consumo de café debe hacerse de manera moderada (nunca más de 2/3 tazas al día) ya que podría provocarnos problemas en el sistema nervioso y a nivel cardíaco.
Por último, los frutos secos nos aportan fósforo, calcio, Omega 3, etc. Se puede optar por una amplia variedad: nueces, almendras, pistachos, avellanas… Eso sí, es muy importante que sean naturales y no fritos.
A todo esto hay que añadirle que el desayuno debe hacerse, por lo menos, una hora antes de cualquier actividad física ya que el proceso de digestión supone un gasto de energía. Así que ya sabéis, toca levantarse un poco antes para ayudar a nuestro cuerpo a hacer frente a una sesión de lo que más nos gusta: el running.