La segunda etapa del Anillo Vindio se presenta como una etapa de recuperación. Tras la subida del Canal de Trea en la etapa anterior, esta jornada se prevé tranquila sobre el papel. Son 16,5 kilómetros con 600 metros de desnivel positivo, y con 777 metros de desnivel negativo.

La etapa comienza bajando desde el Refugio de Vega de Ario hasta la zona de los Lagos de Covadonga. En esta etapa tuve una sensación de mareo que nunca había tenido en la montaña. No tiraban las piernas y estaba como en un globo… Me costaba seguir a Fernando, Mireya y Patri, que tuvieron más paciencia que un santo. Las malas sensaciones se fueron pasando tras un pequeño parón para ver si era capaz de devolver. Todo muy agradable…

Poco a poco me fui encontrando mejor y tras unos 7 kilómetros y unas 2 horas y 15 minutos de prácticamente bajar todo el rato, llegamos a los lagos. La verdad es que se  nos aparecieron de golpe. Y es que el último tramo hasta los lagos era un barrizal. No podíamos levantar la vista del suelo para no hundir los pies en el barro.

Los lagos, masificados turísticamente ya que se puede acceder en autobús, tienen un bar que nos sirvió de avituallamiento líquido. Pepsi o cerveza sin alcohol según cada uno mientras comíamos algo, y en marcha de nuevo. Ahora venían unos 2,5 kilómetros de pista para empezar a subir de nuevo sobre el kilómetro 12,5 aproximadamente.

Justo en el kilómetro 12, aproveché para coger agua en una fuente y refrescar un poco. Mojé el buff que llevaba y me lo puse húmedo en la nuca para que la sensación de frío perdurara. En vano, porque unos metros más adelante, encontramos el sitio perfecto para quitarnos las botas y refrescarnos con el agua hasta las rodillas. La sensación de meter las piernas en el agua helada de la montaña, cuando llevas unas 3 horas y media caminando, es lo mejor que puedes sentir.. Los cuatro metimos las piernas para encarar la subida con más fuerza.

Tras el breve parón, nos quedaba poco más de una hora de subida y unos 400 metros de desnivel positivo. La verdad es que hablando de todo y riéndonos, se nos pasó volando. El Refugio de Vegarredonda es tal vez el mejor de los tres que hemos visto en toda la travesía, tanto a nivel ubicación, como de infraestructura. Y lo que tampoco tiene precio es la fuente que hay nada más llegar…

Cabe destacar que durante toda la ruta, incluso en los refugios, el agua no está tratada sanitariamente, por lo que a cada uno le puede sentar bien o no… La verdad es que en mi caso, tras la pájara si le podemos llamar así durante el comienzo de la etapa, le echaba una pastilla de electrolitos para darle un poco de sustancia.

Una vez en el refugio, Coca-Cola de rigor y un pequeño tentempié para celebrarlo. Patri nos obsequió con su receta especial de atún y dimos buena cuenta de parte de las provisiones que llevábamos. La cena en el refugio de 10. Tocaba dormir bien, que al día siguiente empezaba la etapa reina…

Os dejo el track de WIKILOC AQUÍ.