Parece que fue ayer cuando me inscribía en el Triatlon Vitoria, en la distancia FULL. Una prueba con 3.800 metros de natación, con 180 kilómetros de bici y con el postre de un maratón con sus 42 kilómetros. Una prueba que a simple vista, ya impone…

En aquel momento la cita parecía lejana. Pero la verdad es que  hoy… Bufff… Está ya aquí. Y yo con estos pelos… El camino no ha sido fácil. Han sido muchos madrugones, muchos kilómetros, muchas horas en la piscina (aunque tal vez no las suficientes…), muchas horas encima de un sillín que me resultaba un calvario. Pero el paso del tiempo es inexorable y todo llega.

Me pilla nervioso en su justa medida. Tenso, por el desconocimiento de los que será hacer tres disciplinas seguidas con tanta distancia. Contento, porque es la meta que tanto he perseguido.

Mucha gente piensa que me he precipitado en participar en distancia Ironman. Yo llegué a pensar que también era un error. De eso hace unas tres semanas, tras el Campeonato de España de Media Distancia en Valencia, donde la prueba era justo la mitad de lo que será este domingo y lo pasé bastante mal por el calor y por no tener la cabeza en  su sitio. Una distancia que puede servir de indicador, aunque en un Ironman no valen las matemáticas. Al menos a mi nivel.

Cuando probé esto del triatlon no pensaba que algún día sería capaz de acabar un ironman. De hecho todavía tengo mis dudas, que espero disipar el domingo. Sobre el papel serán unas 13 horas de carrera, repartidas en 1,5 horas de natación, 6 horas de bici y unas 5 horas de carrera a pie.

No creo que escriba nada más durante esta semana. Me quedan dos entrenos de run, otros dos de swim y una salida suave de 2 horas de bici. Espero que la siguiente entrada en el blog sea la crónica de como logré acabar un Ironman en Vitoria, con más ilusión que entrenamiento.