En el día a día siempre nos encontramos con personajes que bueno, cómo decirlo… se merecen un correctivo. En el caso del que os vamos a hablar, ese correctivo ha llegado en forma de accidente (que el mismo provocó) y en forma de sanción económica por conducción temeraria.

Seguro que has visto el vídeo en RRSS o te lo han hecho llegar a través de WhatsApp. En el vídeo aparece un ciclista que al parecer acaba de adelantar a un coche y que intenta adelantar a otro, pero este le entorpece y le hace invadir el sentido contrario. Como tenía que pasar, en sentido contrario viene un coche que acaba impactando con el ciclista. Por suerte este vehículo, ya va a poca velocidad al encontrarse al coche que intentaba adelantar el ciclista invadiendo su carril, con lo que el golpe no ha sido muy fuerte.

Dejando de lado si el comportamiento del conductor del coche que no se deja adelantar es o no apropiado, lo que sí está claro es que el ciclista nos deja en mal lugar a todos los que salimos a entrenar por carretera. No hay excusa posible que el ciclista pueda argumentar de porqué intentaba adelantar al coche. Tal vez el coche circulaba más despacio de la cuenta y al verse rebasado por el ciclista vio su orgullo herido y por eso le obstaculiza. Pero lo que está claro es que el comportamiento correcto del ciclista debería haber sido circular detrás del coche a una distancia prudente.

Encontrar a este individuo del vídeo solo unas semanas después del asesinato en Castellbisbal (sí, aquello fue un asesinato) de dos ciclistas, hace que la gente pierda la poca empatía que tiene con el colectivo ciclista.

No le deseamos mal a nadie, pero digamos que el ciclista se ganó a pulso el revolcón por el asfalto por su acción y se ha ganado a pulso la multa de 500€ que los Mossos d’Esquadra le han «regalado».