La entrada de hoy no tendría que titularse «entrenamiento» o tal vez si. La verdad es que también son necesarios los entrenos de ritmos lentos, entrenos cortos, y demás… Hoy solo han caído 5km a un ritmo de 6’43 minutos por kilómetro.

A eso del kilómetro 2  me he encontrado con David, que me ha acompañado hasta el kilómetro 3,5 mientras charlábamos sobre cual es el mejor entreno. A partir de ahí otro kilómetro y medio a ritmo lento, sin molestias en la rodilla. Sigo preocupado con la dichosa rodilla… Corriendo no me duele. Caminando si…

Ahora quiero compartir una reflexión con todos vosotros. Este es mi segundo maratón, como muchos ya sabeis. Los que habitualmente corréis medias maratones, maratones, duatlones o triatlones, sabeis la importancia de la constancia en el entrenamiento, de los sacrificios los fines de semana, y de la dureza de vuestras parejas a la hora de aguantar todos esos sacrificios.

¿Os habéis parado a pensar cuantos sábados os vais a dormir temprano por que al día siguiente toca tirada larga temprano? ¿O por que habéis quedado para salir en bici y hacer una ruta de 120km? Realmente la salida en bici o la tirada larga la tenéis que hacer vosotros, pero no vuestra pareja. Ella (en mi caso Montse) también se viene pronto a casa, también se acuesta temprano, y también a veces se levanta pronto para acompañarme a una cursa, o simplemente se despierta.

Aguanta charlas interminables y repetitivas con los colegas cuando vamos a tomar algo o a cenar, aguanta los vídeos de motivación que me pasan otros runners, aguanta horas y horas de paginas web de deportes y de material para «runnear», aguanta las quejas típicas de «me duele la rodilla», «no me he sentido cómodo», «estoy roto» o «no puedo moverme».

Desde aquí quiero agradecer públicamente que siempre este ahí, y espero que siga acompañándome aunque sea con la mente, en todas mis tiradas largas y mis competiciones.

TIENE/TIENEN mas paciencia que un santo… 😉