La bici es el entrenamiento cruzado perfecto para los que corremos. Menos lesivo para nuestras articulaciones al no tener impacto, una ayuda perfecta para nuestro sistema cardiovascular, mejora la coordinación del cuerpo y encima nos sirve para descubrir sitios espectaculares.
Tanto si es de montaña, como de carretera, la bici te ayudará también a quitar la monotonía de cada entreno de carrera a pie. Es decir, si en lugar de correr 5 o 6 días por semana, corres 3 o 4 y haces 1 o 2 entrenos de bici, tu mente lo agradecerá. No pasa nada porque no corras tanto. Como decíamos en el párrafo anterior, el beneficio de la bici en cuanto a cardio es tanto o más que corriendo.
Si además eres de los que empiezan a correr para bajar de peso, intercalar la bici en tus entrenos hará que tengas menos molestias tras los rodajes. Tus rodillas se alegrarán.
Por otro lado, la sensación de libertad que proporciona la bici, es algo que te llevará de nuevo a tu infancia. ¿Recuerdas cuando eras pequeño que te ibas con la bici y no aparecías hasta que se hacía de noche? Te pasabas el día arriba y abajo con la bici, sin preocuparte de desniveles, de watios o de chorradas.
No hace falta que te compres una bici «tope de gama» con cambio electrónico. Y menos si empiezas. Puedes comprar algo de aluminio con un cambio sencillo. Si te gusta, ya darás el salto a una mejor. Si lo prefieres, puedes comprarte una de carbono con cambio 105, que ya es algo de una calidad media, y que te permitirá mantener durante bastante tiempo, ya que no te la acabarás.
Así que ya sabes. Si lo quieres volver a disfrutar como un niño, quieres mejorar en el running o quieres cambiar un poco tus entrenos, aprovecha y pon una bici en tu vida. Tus rodillas, tu corazón y tu mente te lo agradecerán. 😉