Parece que una semana después de que Kilian Jornet alcanzara por segunda vez la cima de la montaña más alta del mundo, empiezan a surgir dudas sobre si la hazaña del corredor catalán es real o no.
Hoy mismo se publicaba en La Voz de Galicia un artículo en el que se pone en entredicho si Kilian alcanzó la cima del Everest o no, basándose en la experiencia de un montañero gallego, así como de otras fuentes consultadas. También el diario francés Liberation publicaba otro artículo con el titular que dudaba de si Kilian alcanzó realmente el Everest.

En la página de Desnivel, el debate lleva abierto desde hace días. Por otro lado algo normal, ya que no existe (al menos por el momento) ningún documento gráfico, ningún «track» del GPS, ni nada que confirme la posición, altitud o ruta que siguió Kilian en sus dos ascensiones. Ni tan solo alguien que viese al corredor hacer la cima. Solo tenemos su palabra y, por qué no decirlo, las ganas de que sea cierto, aumentando la leyenda del para muchos de nosotros, atleta sin igual.
Los patrocinadores también empiezan a presionar a Kilian para que muestre alguna prueba de su doble gesta, ya que al final son los que pagan. De nada sirve decir que su corredor ha conseguido alcanzar la cumbre del Everest si nadie va a creérselo.

Ayer Kilian publicaba en sus redes sociales un post diciendo que «De nuevo en los trails con mi persona favorita!» haciendo mención a su pareja Emelie Forsberg y a recuperar su calzado más terrenal: las zapas de montaña.
De momento todos esperaremos con ganas esas pruebas que aporte el catalán para que Himalayan Database certifique la hazaña de Kilian. La periodista Elizabeth Hawley es la cronista oficial de las expediciones en el Himalaya, y es quien otorga o no la validez de la ascensión en cada caso. Si Hawley no certifica la cima, el deportista no puede incluir en su cv deportivo la ascensión.

Por otro lado, Kilian ha empezado a subir actividades a su perfil de Suunto donde ya se pueden ver una par de ascensiones de aclimatación, una de ellas alcanzando una altura de 8040 metros. Pero parece ser que en las dos ascensiones Kilian no llevaba el reloj en su muñeca. ¿Subiría realmente un corredor con su experiencia a una cumbre como la de Everest sin su reloj que le indica la altitud o la presión atmosférica? Es otro de los puntos que muchos aficionados a la montaña critican. Pero bueno, en unos días seguro que saldremos todos de dudas… Nosotros no lo dudamos.

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