Este fin de semana hemos tenido el placer de probar una forma diferente de hacer trail. Concretamente hemos hecho SNOW RUNNING… vamos… una carrera trail en la nieve. El entorno ha sido en las montañas que rodean la estación de esquí de Font Romeu. La carrera elegida para probar eso de correr en la nieve, la Trail Romeufontaine, en su versión corta de 12 kilómetros.
Lo primero que tengo que decir, es que nada que ver con correr por montaña. Sobretodo por el material o documentación que la organización de la carrera ya te obliga a llevar. Es más, que te obligan a tener para inscribirte. Para empezar un certificado médico deportivo, que te autorice a poder participar. Imprescindible para retirar el dorsal. Lo mismo con los crampones. Aunque no lo especificaba en la web, nos los pidieron al ir a coger el dorsal, haciéndonos volver a Llivia, donde nos hemos alojado, para cogerlos.

La organización indicaba tanto presencialmente como en la web, que era obligatorio para las tres distancias (12, 25 y 40 kilómetros), ir con el cuerpo totalmente cubierto, llevar guantes, gorro, crampones y polainas. Nada de manga corta o pantalón corto, aunque los -4 grados centígrados que hemos tenido a la hora de la salida, ya no los aconsejaban. Mirando alrededor, hemos podido ver que en Francia les gusta la montaña. Mucho trail runner equipado hasta las orejas, con ese cuerpo típico que el entreno y las horas de intemperie dan. Caras curtidas, morenas, arrugadas… Gente de todas las edades y de todos los niveles.

La carrera no tenía mucho intríngulis. 7 kilómetros de subida casi continua hasta llegar a 2.100 metros de altura, para planear durante unos 2 kilómetros y bajar durante los últimos 3 kilómetros. El problema venía con la nieve y el hielo. Resbalones, piedras ocultas por una pequeña capa de nieve… o todo lo contrario. Nieve hasta las rodillas que te hacía parar de golpe y caerte (doy fe… dos veces a suelo. Una por exceso de nieve y otra por querer hacer un giro demasiado brusco en un pequeño bosque que hemos cruzado y que estaba helado al no darle tanto el sol.

Solo un avituallamiento en el kilómetro 7. ¡¡Pero que avituallamiento!! Había de todo. Caldo, Coca-Cola, agua, bebida isotópica, chuches, magdalenas, pastelitos, caramelos blandos enormes, bizcocho de chocolate o con pasas, plátano, manzana, patatas fritas, chocolate… y seguro que me dejo algo más… Eso si. Todo helado… Los caramelos blandos eran piedras… y así casi todo. Os diré que incluso la mochila de hidratación que llevaba, se me ha congelado en la parte de la boquilla por donde se bebe.
Sin embargo, el tema del chip y los controles fatal. Un descontrol total. Lo mismo que con las carreras más largas, en las que hemos podido ver en vivo las quejas de más de un corredor que se quejaba de otros que habían recortado varios kilómetros. En el caso de nuestra distancia, la señalización excelente, con cintas, pintura en la nieve e incluso avisando de las placas de hielo en el recorrido.
¿Recomendable? Rotundamente si. Está cerca, es divertida, es diferente y el recorrido es espectacular. Además económica. También me ha llamado mucho la atención el silencio. Entre el kilómetro 5 y 7, solo se escuchaba el ruido de las zapas y los crampones pisando la nieve y la respiración de los corredores que llevabas detrás. Sin ese «ruido», silencio total. No hacía ni aire. Me ha recordado al Maratón de las Tucas (Maratón del Aneto).
Jose Luis, brutalllllll i unas fotakas guapísimas !!!
Muchas gracias Daniel!!!
Espectacular!
Muchas gracias Albert!
Ostras, os admiro, de verdad. Ya habeis pasado al siguiente nivel, correr en la nieve. Felicidades!
Jajajaja!! Gracias!! Ha sido una experiencia chula!! Totalmente recomendable!
Después de leerte me han entrado unas ganas tremendas de correrla. A ver si el año que viene…
Yo te acompaño!! 😉