RUNNER… TRAIL RUNNER… Dos palabras que están todos los días en nuestros oídos. Unos corren por asfalto, otros por montaña. Unos miran constantemente el reloj para ver que tiempo están haciendo por kilómetro, mientras los otros miran el reloj para ver que desnivel positivo llevan. Unos corren con prácticamente nada encima, mientras que los otros lo hacen con mochilas y material como para pasar una semana a la intemperie… Pero en el fondo no es tan complicado pasar de runner a trail runner o lo que es lo mismo, pasar de correr en asfalto a correr por la montaña…
Cuando empezamos a correr todos solemos hacerlo por asfalto. Empezamos por carreras de barrio y poco a poco nos vamos metiendo en «fregaos» más gordos. Carreras de 10 kilómetros de renombre, medias maratones, maratones… Siempre a ritmo constante, siempre mirando el crono. ¿Disfrutamos? ¡Por supuesto! Luchamos contra ese tiempo que hemos hecho hace una semana y queremos bajarlo como sea. Eso nos convierte en esclavos del reloj y no hace sufrir más de la cuenta en muchas ocasiones, pero disfrutamos.

Lo que muchos de nosotros no sabemos, es lo que supone correr por la montaña. Pensamos que es mucho más duro, mucho más complicado. Que los cracks que lo hacen son super hombres y que nosotros no podremos cubrir esos 21 kilómetros que supones una media, ya que por montaña debe ser mucho más duro… Nada más lejos de la realidad.
Empecemos por el principio. Que hayas hecho un maratón de asfalto no te convierte en un corredor de montaña. Hay muchas cosas a tener en cuenta. Los vamos a ir detallando poco a poco, pero no significa que la montaña sea más dura que el asfalto. Me explicaré.
Un detalle a tener en cuenta, que siempre nos gusta decir en el grupo cuando viene gente que se inicia en el trail, es que «En el trail running se camina», y es que normalmente, las subidas de trail se tienen que gestionar caminando. Dependerá del porcentaje, pero muchas veces el desnivel te obliga a caminar. En estos momentos hay que tirar de fuerza, que es algo que mejoraras con el paso del tiempo, además de con las visitas al gimnasio. Tus cuádriceps lo agradecerán en las subidas.
Hay quien dice que en la montaña es más fácil. Lo que sucede en la montaña es que mientras caminas, recuperas. Y eso se nota. En las bajadas recuperas, en las subidas recuperas… Vamos, que corriendo 10 kilómetros a un ritmo alto, sufrirás más que en una carrera de montaña. Por lo general, en los llanos y en las bajadas se corre, mientras que en las subidas correrás si puedes, y si no puedes caminaras. No verás a nadie caminar en una carrera de 10 kilómetros a no ser que se haya fundido por equivocarse con el ritmo.

Otra de las virtudes de la montaña es que disfrutas del paisaje como nunca lo habrás hecho. Vistas preciosas, rincones increíbles… Te pararás a hacer fotos, a grabar vídeos…, disfrutarás del entorno. Pero lo más importante… ¡¡¡TE OLVIDARÁS DE MIRAR EL CRONO!!! A no ser que seas de los que tengan posibilidad de podium, tu objetivo será acabar en el mejor tiempo posible, PERO DISFRUTANDO AL MÁXIMO sin mirar el tiempo que inviertes en hacer esa carrera.
Te atreverás con distancias mayores que las que harías en asfalto. Un maratón de asfalto en 4 horas, se puede convertir en un maratón de montaña en unas 7,5 horas. Cuando acabes, estarás cansado, pero podrás caminar con normalidad, no como cuando acabaste el maratón de asfalto. La sensación al acabar si que será similar. Te sentirás como un héroe. Habrás conseguido un logro increíble y casi con toda seguridad, habrá sido épico.

En el MORLACOS TEAM lo tenemos muy claro. Carreras cortas, medias de montaña, maratones con mas de 2.700 metros de desnivel positivo e incluso ultras de 60 kilómetros o hasta de más de 100… Siempre con cabeza y siendo conscientes de donde nos metemos. Os aseguro que no todos los miembros del MORLACOS TEAM han hecho carreras de 60 kilómetros… Los que si se han atrevido lo han hecho después de probar muchas, pero muchas veces carreras más cortas, sintiendo la montaña y sintiendo cada piedra que pisan. Cuando ya tienen un bagaje mínimo en unos 15 o 20 kilómetros, se atreven con una de unos 27 o 30 kilómetros para hacer lo mismo y con el tiempo saltar a los míticos 42 kilómetros.
RECOMENDACIONES BÁSICAS PARA PASAR DE CORRER POR ASFALTO A CORRER POR MONTAÑA
- Se consciente de que el ritmo por montaña será más lento.
- En muchas de las subidas que te encuentres tendrás que caminar. Es totalmente normal.
- Aprende a bajar con cabeza. Puedes ir muy rápido si «pillas» la técnica adecuada en las bajadas.
- Ayúdate de las manos en las subidas, apoyándolas en las rodillas. Lo mismo con los brazos cuando bajes rápido. Te ayudarán a estabilizarte.
- Ves al gimnasio a trabajar una o dos veces por semana la fuerza. Te será muy útil tanto en las bajadas como en las subidas. No te olvides de la bicicleta. Es un gran complento a tu entrenamiento.
- Empieza por distancias cortas. Te harán ganar confianza y así podrás pasar a distancias mayores.
- Corre por sensaciones y olvídate del ritmo por kilómetro.
- Importantísimo el calzado adecuado. Necesitarás mucho más agarre.
- Disfruta de la montaña.