Normalmente llego a las carreras con poco entreno… Pero lo de esta vez ha sido de traca. Enterarse o decidirse a participar en un triatlón olímpico el lunes de la semana que se va a celebrar, y no tener NADA de entrenamiento en agua desde dos meses atrás, al menos se me antoja como arriesgado. 1.500 metros de natación en un lago con el agua muy fría, a 1.600 metros de altitud, después 40kms de bici con «algo» de desnivel y para acabar 10 kilómetros de running esta vez planos, pero también a una altitud considerable comparada con la altitud a la que solemos entrenar era lo que me esperaba en Andorra. Pues nada… A por el SKODA Triathlon Series de Andorra…

Salgo con Mireya el sábado hacia Andorra, con las dos bicis, las bolsas con la ropa de competición, la ropa de calle… Parecía que nos mudábamos… La idea era buena desde el principio: Dejar las bicis lo primero para poder movernos tranquilos, dejar los bártulos en el hotel, y salir a comer y dar una vuelta por la zona comercial de Andorra. ¿Bien verdad? Pues digamos que no nos salió tan bien…
Al llegar a Andorra una caravana importante, hace que se nos echen las horas encima. Hemos ido con calma y ahora, aunque vamos con tiempo, todo se aprieta. Subimos al Llac d’Engolasters donde se hace la parte de natación y donde debemos dejar las bicis para el domingo. Al llegar al parking de la T1 (transición 1), tras comprobar que la carretera por la que vamos a bajar el domingo es de las que imponen respeto y te hacen tirar de frenos, nos damos cuenta de que no hemos recogido los dorsales… y claro, sin los dorsales no podemos dejar la bici. Vuelta a Andorra a buscar los dorsales. Cambio de planes total. Vamos a comer primero y luego subimos a dejar las bicis. Lo de comer, aunque parezca algo sencillo a primera vista, no lo acabó siendo tanto, ya que buscábamos un sitio desde donde pudiéramos ver las bicis en el coche. De todas formas, el lugar en si se merecería otra entrada en el blog… os lo aseguro…

Después de comer recogemos los dorsales (esta vez si), y subimos de nuevo a Engolasters. Le ponemos las pegatinas a las bicis, inflamos ruedas y las dejamos en las perchas correspondientes. Allí empezamos a ver gente conocida. ¡¡Mola!! El ambiente del triatlón es diferente al del running. No os sabría decir porque, pero la verdad es que existe un postureo que no existe en el running. Los runners somos más de estar por casa. Aquí hay mucha apariencia y luego te llevas sorpresas. Eso si, gente majísima. ¡¡¡Y que coño!!! ¡¡El que diga que no le gusta el postureo miente!! 😉
Tras pasar por el hotel y dejar todas las cosas preparadas para mañana y separadas en bolsas ya que la T2 es en otro punto diferente a la T1, recibo la llamada de Xavi, quien también ha tenido una aventurilla para dejar la bici. Si no fuera así no sería Xavi… Vuelta por Andorra y a cenar, en una pizzería donde el 95% de los comensales son participantes del triatlón. Casualidades, nos ponen en una mesa al lado de un vecino de Mireya. Claro, el tema de conversación de la cena ya os lo podéis imaginar… ¡¡Y con la mesa de al lado igual!! Platito de pasta y a dormir, que a las 5:50 suena el despertador.

Este momento es el peor de una carrera… Cuando suena el despertador me arrepiento siempre, aunque me dura dos segundos. Bajamos a desayunar y el camarero tiene ganas de charla. Es simpático, pero a esa hora… Visita de rigor al WC y a dejar las zapas, la visera y un gel en la T2. De ahí al autocar que nos llevará al lago de nuevo. En el autocar nos damos cuenta desde otro punto de vista de las rampas que vamos a tener que subir con la bici. Mireya, con poca experiencia sobre su ARGON 18, se queda blanca… A mi me pasa con la parte de agua, pero como dice ella, es diferente.
Al llegar al lago hace fresco. Todo el mundo preparándolo todo, y tengo que volver al WC… Esta vez uno de esos químicos que tantas alegrías nos dan a los runners… En la cola se oye al «speaker» que por la temperatura del agua, el recorrido de natación se reduce a una sola vuelta de 750 metros… ¡¡¡Madre mía!! Que alegría me acaban de dar… No he nadado suficiente y no las tenía todas conmigo… Con todo preparado en la transición, solo queda ponerse el neopreno y dirigirnos a la zona de la salida.

Allí coincido con Oriol, con el vecino de Mireya y con el chico de la mesa de al lado. Ya es casualidad… Pero el vecino de Mireya se da cuenta cuando faltan 3 minutos para la salida que se ha equivocado de lado del lago y sale pintando hacia la otra zona de salida. El agua está fría. Meto un pie para ver que tal y está realmente fría.
Cuando nos metemos en el agua alucino. Desde la orilla no parecía tan fría. Los pies y las manos se me quedan rígidos. El cuerpo, cubierto con el neopreno, no nota la temperatura del agua. Que gran compra el Sailfish Attack… (¡¡gracias Pepe!!). Meto la cabeza en el agua y veo que lo voy a pasar mal. ¡¡¡SALIMOS!!! A los pocos metros pienso que debo abandonar. El frío del agua me congela la cara. La sensación en horrible. Nunca había sentido algo así. No avanzo, por la falta de aire. La compresión del traje hace que todavía se note más. Veo que voy avanzando, pero muy lento. Me cuesta mantener el ritmo y tengo que ir parándome. Miro a mi alrededor, y continuo. Mireya sale solo 2 minutos detrás de mi. Seguro que me adelanta en el agua. Escucho el speaker «3, 2, 1…»

Al llegar a la boya del final del lago, ya veo gorros de la salida de Mireya nadando junto a mi. Giro a la derecha, unos metros recto vuelvo a girar a la derecha… Ya solo queda una recta de unos 300 metros. Choco con un nadador que va nadando de espaldas. No es el único. La gente al agobiarse nada así. Le pido perdón y sigo a lo mío. Al levantar la cabeza para orientarme veo unas mangas verdes. No puede ser. Es Xavi. ¡¡Pero si nada mejor que yo!!
Salgo del agua con la sensación de haber sido la vez que peor lo he hecho. Pero bueno, ahora viene lo que me gusta… La transición es muy larga. Unos 300 metros corriendo haciéndote polvo los pies, para llegar a la bici, quitarte el neopreno, ponerte le casco, etc… y para coger la bici y subir una cuesta de otros 250 metros… Joder… Casi 9 minutos de transición…
Pero empieza la bajada… Bufff… Si alguien ha hecho este triatlón, sabe lo que digo. Es de vértigo. Alguna punta de hasta 67 kilómetros hora. Hay que ir tocando el freno casi toda la bajada. En una de las curvas más cerradas me paso de frenada. Se me va la bici de atrás un par de veces antes de poder meterla en la trazada correcta. En esa misma curva, hay tres participantes parados. ¿Todo bien? les pregunto. «Se ha caído un chaval. Lo estamos sacando. Tira». No me extraña… Vaya curva… La primera vuelta pasa sin más complicaciones. Acabando la primera vuelta me cruzo primero con Xavi, y después con Mireya. Ahora voy más tranquilo. Los dos han bajado bien. Al empezar la segunda nos encontramos un rampón que sube desde Andorra La Vella a Escaldes para coger de nuevo la carretera del lago. Ahí pica… pero vamos, que la subida después no será un paseo. pero ahora ya sabemos lo que nos espera. Así llegamos a la T2.

Una T2 de 2 minutos, por culpa de la vuelta que doy por error a toda la zona de boxes. Empiezo a correr con buenas sensaciones. Salgo tranquilo, primer kilómetro a 5,13 y segundo a 5,08… Me cruzo con Mireya y Xavi que están acabando la bici. Decido bajar el ritmo. Ahora hace calor. Me paro a beber un vaso de Powerade y me llevo una botella de agua para la segunda vuelta. No veo en ningún momento más ni a Mireya ni a Xavi. En la segunda vuelta repito. Primeros dos kilómetros más rápido, tercer kilómetro mas sensato, cuarto mas lento por pararme a beber… Eso si… El último kilómetro lo hago a 4,55 que es como debería haber hecho toda la parte a pie. Acabo con 2 horas y 41 minutos. Contento, pero consciente de que hay mucho a mejorar en las tres disciplinas. Incluso en las transiciones, pero me lo he tomado como un entreno, y ha sido precioso.
Mireya entra en 2:45:59 y Xavi en 2:49:46. Mireya ha disfrutado… Es de lo que se trata. Ha entrado en meta con un sprint digno de nuestro Morlaco Alfonso, adelantando a otra chica que iba delante. Xavi lo ha pasado fatal en el agua. Pero corriendo se ha quitado la espinita. Al final ha sido un fin de semana genial en todos los sentidos. Estoy enganchado a esto… Ahora a por el Half de septiembre, el SAILFISH de Berga. ¿Quien se viene?
Enhorabuena por llevarte otro triatlón al bolsillo. No sé si fue en esta donde el año pasado suspendieron el tramo a nado por las bajas temperaturas del agua (y eso que es pleno julio). Una lástima porque el entorno donde se celebra debe ser muy bonito.
SAlud.
Gracias David!!! Si, justo. El año pasado el agua estaba todavía más fría. Este año recortaron. Como bien dices, la zona es espectacular. Cuando empiezas la bici hay una zona que se ve Andorra desde lo más alto y casi da vértigo.
Ese desnivel hace que la bici sea muy divertida y peligrosa.
Pero correr rodeado de esas montañas es lo más…
Por cierto, muy bueno el post de las redes sociales y el running,,, Me he dado por aludido… jajajaja
Bueno, yo somos practicantes de las redes sociales, así que todos tenemos algo que ver en su auge y caida, jaja