Las carreras son para ver quién gana. Desde pequeños nos enseña la sociedad que debemos ser mejores que los demás, que debemos ser más listos, más altos, más guapos, etc… Si no es así, no seremos nadie. La publicidad no ayuda a cambiar esto. Modelos con medidas perfectas, guapísimos/as, perfectos… La gran mayoría no somos así. En el trabajo exactamente lo mismo. Competimos contra las empresas del sector, incluso entre nuestros compañeros. Hay verdaderos especialistas en «dar codazos» con tal de ganar.
Si volvemos a lo que nos gusta, que es el deporte, encontramos la competitividad en cualquier poro del cuerpo. En las cursas con todos los runners que se inscriben. En nuestro grupo de entreno, con los compañeros e incluso con nosotros mismos. Pero, ¿es sano tanto nivel de competitividad? ¿Nos beneficia? Mi punto de vista es que depende… Considero que un puntito de competitividad con el grupo de entreno te va a ayudar a mejorar como runner. Evidentemente en cada carrera y en cada entreno vas a competir contra ti mismo. Siempre queremos mejorar. Queremos bajar el tiempo del año pasado en esta o aquella carrera. Queremos quedar por delante de aquel chaval de otro club que el año pasado nos adelantó en los últimos kilómetros. Mejorar es bueno. Pero no a cualquier precio.
Conozco runners que desde pequeños en su casa han vivido situaciones en las que siempre les han comparado con sus hermanos. Eso les hace ir siempre a la zaga de estos, creciendo presionados por ser mejores que ellos. El extremo de esto lo encontramos en la sociedad japonesa, donde el nivel de exigencia es tal, que llegan incluso a ocultar situaciones dramáticas por no ser menos que la familia vecina.
Si tu amigo o compañero es más rápido que tú, tal vez sea por su genética o por su mejor entrenamiento. Que intentes seguir su ritmo te ayudará a mejorar a ti, y a él le ayudará a no dormirse en los laureles y a seguir entrenando. En grupo uno se motiva más y su nivel de competitividad aumenta. Esto es porque siempre hay alguien de un nivel similar al tuyo, con quien te vas a poder medir en los entrenos y carreras.
Pero lo que no debemos permitir es que el ansia por medirnos o por ganar, afecte al grupo o al equipo. Seguro que recordáis la secuencia de la película de la imagen… Mismo equipo, mismo bando, pero posiciones enfrentadas por la “competitividad destructiva”. No debemos dejar que esta “competición” nos estrese o nos genere ansiedad. Si esto sucede estamos perdidos. Ayudémonos tanto a nosotros como al equipo con los típicos piques sanos, con las bromas, con el buen rollo… En el Morlacos Team existe competitividad, por supuesto. Todos queremos mejorar. Pero todos tenemos una cosa clara: hasta que no llega el último, no llegamos todos. Tanto en los entrenos como en las carreras seguimos esta máxima. Luego nos reiremos y nos echaremos en cara los unos a los otros que hemos tardado menos que aquel, o que hemos ido más deprisa que el otro, pero siempre con cariño. Eso es competitividad sana. Eso es #morlacosattitude.
Por último solo diré una cosa. Seguro que más de uno os daréis por aludidos… ¡¡NECESITO VELOCIDAD!!! 😉