Este pasado domingo se celebró en Gava la edicion 2013 de la Canicross de l’Eramprunya que venía acompañada de la 1/2 Maraton de montaña de l’Eramprunya, con sus 22km de distancia y casi 1000 metros de desnivel positivo. Y como no podía ser de otra manera, allí estaba presente el Morlacos Team, con cinco integrantes del equipo en la linea de salida.
Os adjunto la crónica que ha realizado Alex Cano, en la que os podreis transportar a la carrera con tal intensidad, que casi os tendreis que duchar despues de leerla. Aquí os la dejo:
«Son las 9,50 horas. Los representantes del equipo de hoy somos Albert, Artur, Pere, Iván y yo mismo. Estamos en la salida haciendo las típicas bromas y dando los últimos ánimos. Todo preparado para otro dia grande…!!!
A las 10:00 chapinazo de salida!!! El Little Sensei (Artur ) y yo salimos como un tiro y nos colocamos en el grupo delantero. Estamos en la transición del pueblo a los primeros kilómetros de la montaña. Los dos llevamos un buen ritmo y nos miramos de vez en cuando y nos decimos con la mirada que vamos bien. Ese es el primer error!!! Jajaja
Los dos tiramos el uno del otro. Yo no miro ni para atrás así que no se por donde vienen los demás. El terreno empieza a tener las primeras rampas pero totalmente «runneables» 😉
Artur y yo seguimos, pero empiezo a darme cuenta que no puedo seguir el ritmo, así que animo a Artur a seguir sólo: ¡¡¡Tira!!!
Lo veo alejarse y empieza mi calvario. A los pocos kilómetros empiezo a encontarme mal. Las piernas no tiran, la cabeza tampoco y me entran ganas de vomitar pero no cedo y sigo.
Empieza una zona dura por un sendero. En ese momento pienso: ¡¡Este es mi terreno!! Segundo error!!!
No voy «ni patras». No encuentro el ritmo y voy demasiado cansado para lo poco que llevamos. Empezamos a subir hacia el castillo por la parte del GR92. Es una zona muy bonita con la tierra roja característica de este lugar. Los corredores no dejan de adelantarme y llegamos al castillo para coger una pista. Seguimos subiendo, pero ya no puedo más y me tengo que parar a un lado de la pista para vomitar. Varios corredores se preocupan por mi estado (es una de las grandezas de este deporte, el compañerismo y solaridad). Veo la luz o mejor dicho, la oigo… Una voz familiar me habla… Una no!! Son dos!!! ¿Estoy delirando? No, no!!! Son mis inseparables Ivan y Pere!!!
Enseguida se dan cuenta que no estoy bien y yo les digo que si, que tranquilos. Que tiren, pero ellos me dicen que no piensan dejarme, así que decido andar con ellos un poco. No quiero que pierdan tiempo conmigo y al final ceden. Los consigo convencer a que sigan sin mi, que espero a nuestro Sensei (Albert) pero Pere insiste y me dice que abandone… (podía haber sido lo más razonable en ese momento), pero llevar está camiseta significa algo y soy muy cabezón… jajaja
Después de unos minutos dudando decido intentar seguirlos aunque sea a lo lejos, como referencia.
Empezamos a subir por un sendero muy técnico para llegar a la parte más alta de este punto, donde las vistas son expectaculares con la vision panorámica del Baix Llobregat y el Barcelones. Ellos empiezan a alejarse… Ya no les veo y sigo encontrandome mal, preguntandome si es necesario este sufrimiento. ¡¡Joder!!, yo vengo a disfrutar y no a pasar penurias y arrastrarme.
Al llegar arriba hay un control donde veo al «Duo Dinamico» Pere e Iván. Ellos ya salen. Yo tomo un poco de agua y salgo tras ellos. Empieza una bajada y en unas zancadas los atrapo. Este es mi terreno… Esta situación me suena… los tres juntos de nuevo!!!
Ya no tengo ganas de vomitar y le pido a Iván el gel que antes me había ofrecido. Pienso que esto empieza a ir bien pero no!! Tercer error!!
Llegamos a una zona con unos senderos donde se puede llanear, pero me doy cuenta rapidamente de que no soy capaz de correr por ese terreno con dignidad y otra vez la impotencia de no poder me nubla la mente. ¡¡Pero llegados aquí no pienso ceder!!
Pierdo de vista a mis compañeros. Seguimos por unos senderos hasta llegar a otro control donde otra vez veo a Iván y Pere saliendo. Eso hace que me anime, así que decido tomar un poco de sales y salgo tras ellos. Vamos por una pista en la que a unos 500 metros cogemos un sendero de subida algo durillo, y veo que Pere se descuelga de Iván. Cada vez tengo más cerca a Pere, pero no quiero forzar. Ha sido muy duro llegar otra vez a verlos de cerca. No quiero equivocarme de nuevo. A los pocos metros alcanzo a Pere. Veo en su cara que tampoco está pasando por su mejor momento. Está totalmente desencajado. ¡¡¡Vamos Pere!!!
Pero el no es capaz de articular palabra… Yo me doy cuenta de que estoy yendo a más y ya empiezo tener esa sensación de euforia que me hace disfrutar por estos parajes. A Iván lo veo a lo lejos y Pere no puede seguirme. Empieza una bajada muy técnica y cojo a un grupo de 6 o 7 corredores pero me hacen tapón y no puedo pasarlos. Yo voy como las motos en ese momento y quiero aprovecharlo, así que decido pasarlos por campo a través como una cabra poseida. Ellos me miran pensando que estoy chalado. Es tal mi agonía que no me percato que uno de ellos era Iván…
¡¡Es mi mejor momento!! No dejó de pasar corredores. ¡¡¡Ya está!!! Ya ha llegado el momento de mis mejores segundas partes, donde me salgo y recojo cadáveres. Y así creo que empieza a ser pero…. cogemos una pista ya enfilando la última bajada, pero no se que puto kilómetro estoy!! Además, con lo bien que voy ahora, ¿¿¿donde se ha metido Iván??? ¡¡¡No pillo al este cabrón!!!
La bajada se hace muy pesada y monótona hasta que de repente tropiezo con una piedra y ¡¡¡tortazo al canto!!! ¡¡de cabeza rodando!! Otra vez un corredor me ayuda y le digo que estoy bien a primera vista. Arrancamos a correr y me doy cuenta de que tengo las mallas rotas y algunas magulladuras con sangre, pero nada grave, así que sigo apretando los dientes y a seguir!!
Llegamos a la parte de las primeras urbanizaciones de la parte alta de Gava. Aquí empieza asfalto y ahora si…. estoy muerto. Soy incapaz de dar un paso más. Mas que correr, lo que hago es caminar. Casi todos los corredores que había adelantado bajando me empiezan a pasar. Estoy loco por llegar a meta. Esto es horrible otra vez hundido.
Nos meten por un sendero con el que no contaba por estar tan cerca al pueblo. En esas que miro para atrás y veo ¡¡¡a Iván!!! No entiendo nada y sigo a lo mío. Soy consciente de que me alcanzará en breve, pero más que preocuparme siento todo lo contrario. Necesito que llegue hasta mi. Será un apoyo moral. El sendero se hace interminable. No se acaba nunca y cuando estamos llegando al final donde ya veo mi querido asfalto, Iván me pilla y como un poseso me grita, ¡¡vamos niño!!! Yo le miro y no se sí abrazarlo o tirarle una piedra. Se me escapa unos metros pero ya veo la meta, Quedan solo 500 metros, así que decido hacer un esfuerzo para llegar con Iván. Me pongo a su altura y llegando nos damos la mano y las alzamos hacia arriba.
Ese momento es increíble por lo que significa. Cruzamos juntos la meta y tal como llego no puedo más y me desplomo en el suelo totalmente incapaz de dar un paso. Iván me recoge de allí apartandome de la meta. Enseguida vienen las asistencias y me tumban boca a bajo. Empiezan a hacerme preguntas… que sí estoy consciente, que como me llamo, etc, etc…
Iván perplejo, sigue mirando y en una de estas me preguntan, ¿¿es tu primera carrera?? ¡¡Iván se parte de risa!! Jajaja
Poco a poco empiezo a reaccionar y me hacen sentarme. Iván me trae un plato de macarrones que nos dan a la llegada, pero ahora mismo como que no entran… Nos llevamos una sorpresa cuando vemos a Manu esperándonos en la meta… ¡¡otro crak!!.. Al poco vemos llegar a Pere que a hecho un carreron también. ¡¡Ha llegado muerto!! Nos habíamos olvidado del crak!! Artur pensábamos que habría llegado hacia media hora, pero no daba señales de vida y de repente lo vimos llegar andando. No dábamos crédito. Se había perdió en un tramo por el kilómetro 13 y arrastró unas rampas que le hicieron perder mucho tiempo pero también llego!!! Ya sólo nos faltaba nuestro líder espiritual, nuestro Sensei. Cuando vimos a lo lejos que enfilaba la recta de meta, fuimos a recibirlo gritando y aplaudiendo. Cruzó la meta tambien. Este nunca falla, ni se queja. Siempre con su mejor sonrisa…
Otra mas juntos y ya llevamos unas cuantas… ¡¡¡Seguimos sumando!!! ¡¡¡Disfrutando!!! y como no… sufriendo… No me cansaré de decirlo: Lo mejor la compañía y el placer de poder disfrutar con todos vosotros.»