Cuelgo el entreno de ayer con algo de retraso. Disculpadme. Entre que no tenía conexión, y que no me sentí cómodo mientras corría no me apetecía excesivamente escribir.
Por la mañana no pude salir a correr, tal y como mandan los cánones del running: los domingos por la mañana se corre SI O SI… Pues ayer por motivos ajenos al «organizador» no pude hacerlo. Tuve que conformarme con salir por la tarde, con sus consecuencias. Las consecuencias no son otras que las de correr despues de comer. No estamos hablando de que hayas comido un platano, unas nueces y algo de fruta o cereales. Estamos hablando de que has comido pollo, patatas, pan, etc… vamos, que no ha sido una comida excesiva, pero tampoco ligera.
El caso es que a pesar de esperar unas dos horas para que esa comida no pese mas de la cuenta, la comida seguía ahí, pero las ganas de correr también estaban… Me cambio y cojo el Forerunner 910XT que la gente de GARMIN nos ha enviado para testear. Gafas de sol, música y una gorra, la misma del día del maratón, que aunque no haga mucho calor, hace un sol radiante.
Tiro por la avenida principal de Sant Jaume d’Enveja, pasando por delante del ayuntamiento y giro en dirección al río Ebro, donde han construido hace un año aproximadamente un puente que cruza el rio y une las localidades de Sant Jaume y Deltebre. Paralelo al río discurre un camino de tierra delimitado por unas vallas de madera que cruza prácticamente el Delta del Ebro, ya que llega hasta Amposta y más allá de Sant Jaume.
Continuo por el camino hasta que soy consciente de que si hace calor… No es para morirse, pero calor hace. La comida sigue ahí, y me hace sentir una pesadez horrible. Al final decido parar un momento en el km 6 para aligerar. Es la segunda vez que tengo que parar a vomitar… Sigo corriendo y parece que me encuentro mejor, pero sigo teniendo una sensación de ardor de estomago que me molesta.
Me digo a mi mismo que la camiseta que llevo (la que daban en el Maratón de Barcelona), se merece que continúe ya que hay que llevarla con orgullo. Ese pensamiento me ayuda y sigo hasta el final. Me cruzo en el camino de vuelta con un montón de ciclistas, y eso hace que de forma inconsciente suba algo el ritmo, aunque solo sea para «salir bien en la foto».
El final llega a casa con un sabor de boca agridulce, y no lo digo por haber devuelto… No ha sido una tirada larga como para «sufrir» lo que he sufrido, pero quiero creer que ha sido por la comida, o mejor dicho, por haber salido a correr despues de comer. Lo importante ahora es continuar con el plan de entreno para la Cursa Delta Prat del día 20 de Mayo.
Por otro lado, el Forerunner 910XT cumple con las expectativas, pero eso os lo contaré en otro post exclusivo para esa bestia de Garmin.