Papá, ¿de verdad corrías con tus amigos?

Hace unos días, hablando con mi padre de cómo era la vida cuando él era joven, me comentó que en 2020 hubo una de las mayores epidemias bacteriológicas en nuestro país. Un tipo de coronavirus, el COVID-19, que apareció de la nada en China en diciembre de 2019, acabó infectando a más de 20 millones de personas en España, y a más de 1500 millones de personas en todo el mundo.

Un virus que, cuando atacaba a organismo, producía una neumonía tan severa, que el enfermo acaba en la UCI de alguno de los hospitales sobre saturados por la epidemia. Si ese enfermo era joven, lo más probable era que saliese airoso de la enfermedad en unos días. El problema era si el enfermo tenía una patología previa o si era mayor, ya que la enfermedad se cebó con los ancianos, donde la mortalidad fue tal, que incluso hizo bajar la media de edad de la población a nivel mundial.

7-escenarios-apocalipticos-de-ciencia-ficcion-que-pueden-suceder-en-la-realidad-2

-Pero entonces papá, antes de ese virus, ¿podíais correr por la calle en grupo?
-Sí hijo. Habían carreras en las que en la linea de salida, podíamos ser hasta 25.000 personas… O los domingos, quedábamos con los amigos para correr por la montaña y almorzar después.
-¿Juntos?- le pregunté.
-Sí… – respondió con un brillo en los ojos.

Supongo que en aquella época sería una cosa normal quedar con gente para tomar algo, salir a correr, o simplemente pasear. Ahora, en 2050, eso no es posible. El aire tiene una cantidad de oxígeno inferior a lo que deberíamos respirar. Por no hablar de los efectos que el calentamiento global causó allá por el 2035 en la atmósfera, obligando a utilizar protectores solares incluso en invierno, donde las temperaturas no bajaban de los 20 grados centígrados.

Mi siguiente pregunta era obligada: ¿Por qué se extendió tanto el virus? ¿Los gobiernos de Europa no hicieron nada para evitarlo? -Sí hicieron hijo. Unos más, otros menos, pero todos intentaron detener el avance de la epidemia.

roxanne-desgagnes-87838-unsplash
-¿Entonces?
-El problema fuimos las personas. Ese fue el gran problema. Seguramente no el único, pero sí el más determinante para que la situación se descontrolase de esa forma. Por aquel entonces, el uso de las redes sociales no estaba restringido como ahora, y todo el mundo hacía chistes, bromas, vídeos que buscaban hacerse virales (nunca mejor dicho)… Había público para consumir cualquier modo de entretenimiento online, en los móviles, las tabletas, los portátiles…
A pesar de que en nuestro país se prohibió por ejemplo, salir de casa excepto a los servicios esenciales, a comprar, o a trabajar, la gente se lo tomaba a broma y no era raro ver gente paseando por la calle. Incluso hubo descerebrados que adoptaron perros para poder salir a pasearlos. Gente que salía simplemente porque «en casa me aburro» o gente que se creía más lista que nadie, y simplemente salía porque no ve nadie.

Esos descerebrados y egoístas fueron los que propagaron el virus a pesar de las medidas que cada país tomó. Cuando el brote superó los 20.000 fallecidos en poco más de dos meses, la gente empezó a tomarse en serio las medidas, pero ya era tarde. Los contagios se habían multiplicado por 30, llegando a casi el millón de personas infectadas en nuestro país.

Pero no era lo peor. Lo peor era que los hoteles, los pabellones deportivos y los recintos feriales se habían convertido en hospitales improvisados, porque estos últimos no daban a basto con todos los enfermos que llegaban y necesitaban respiradores o simplemente, llegaban para morirse.

Y cuando moría alguien, nadie podía acudir a su funeral. Simplemente lo incineraban, sin que sus familiares se pudiesen despedir. Y es que incinerar o enterrar a casi 2000 fallecidos diarios, no era tarea fácil para nadie.

La gente iba a comprar 3 veces al día, salía a pasear, engañaba a las fuerzas del orden escondiéndose o mintiendo… Incluso se iban de fin de semana a las casas de veraneo, como si la enfermedad no fuese con ellos. Al final, la policía se tuvo que poner en modo «militar» para evitar desplazamientos innecesarios.

-¿Cuándo se controló el virus? -pregunté.
-Muy sencillo. Cuando todos esos imbéciles se quedaron en sus casas, ya que vieron que en su entorno, la gente se infectaba y moría. Lamentablemente, hasta que no les tocaba de cerca, no se lo tomaron en serio.

NOTA: Aunque esto suene a cuento chino, no estará tan alejado de la realidad si no conseguimos que TODO el mundo se quede en sus casas. No es tan complicado. No hay que esforzarse. Solo se nos está pidiendo que nos quedemos en casa para no propagar la enfermedad. Seguro que todos hemos hecho cosas más difíciles en algún momento.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.