Hoy toca entrada sin foto. Llevaba dos meses demasiado buenos… Entreno prácticamente diarios, como antes, alternando correr con la bici e incluso con algún día de fuerza. Estaba motivado, veía mejoras. Pero el domingo la mala suerte me eligió a mí.
El domingo se celebraba la Diada Montserratina, un día en el que la Federació Catalana de Ciclisme cierra el tráfico desde Monistrol a Montserrat para que los ciclistas subamos a bendecir nuestras bicis y nos hagan entrega de un «pin» conmemorativo (sí, un pin de los de antes…). Aprovechando el evento y que muchos amigos iban a subir a Montserrat, allí nos presentábamos nosotros también.
En la subida fuimos al ritmo de Toni, que lejos de su mejor momento de forma, tiro de orgullo para subir hasta la cima sufriendo, pero con la mirada puesta en los meses que vienen, que seguro que recupera motivación. Fuimos en plan festivo, hablando, animando, sorprendiéndonos de que incluso gente con bicis plegables se atreve a subir a Montserrat… Disfrutando vamos, que es lo que tocaba.
Subiendo vimos un par de accidentes que nos dejaron un poco helados, más incluso que el frío, que aunque si hacía frío, era totalmente soportable. También pudimos comprobar que muchas zonas de la bajada estaban excesivamente húmedas. Sobre todo zonas en las que no da el sol por la escarpado de la montaña, y que había que pasar con cuidado. Así que nos tomamos la bajada como la subida, a ritmo tranquilo.
Pero a menos de 300 metros del final del puerto sucedió lo que nunca quieres que pase. Salgo en bici desde hace 5 años y nunca he tenido un percance serio. Ninguna caída. Hasta el domingo. El coche que bajaba delante nuestro, de la organización, freno un poco más de la cuenta al subir un autocar que se abrió en exceso en la curva. Nosotros frenamos también pero un compañero no pudo parar la bici y me embistió con tal fuerza, que salí despedido con la bici hacia la cuneta, saliendo «por orejas» como se diría en el argot motero.
Nada más caer me di cuenta que me había hecho daño en el hombro. No sabía que había pasado. ¿Nos había arrollado un coche? ¿Una moto? ¿Mireya estaba bien? Rápidamente la vi de pie, junto a mí, preguntándome. Estaban ya los Mossos, que justo subían y vieron el accidente en primera persona. Me preguntaron si podía levantarme, si me encontraba bien y les dije que sí. Me levante e intente mover el hombro. Lo movía. Dolía, pero lo movía. Me preguntaron si quería que la ambulancia (que se llevaba a un chico que se había caído más arriba) me acercase al hospital y les dije que no. Al levantar la bici para ver si estaba bien ya vi que me había hecho daño. Imposible volver en bici a casa. Así que rectifiqué y me llevaron al Hospital de Martorell, mientras dejaba a la grupeta allí, en la entrada de Monistrol, con mi bici y la cara de susto, sobre todo la de Mire que me vio volar sobre la bici. Tocará llevarla a Trifanatics para que le den un repaso.
En el hospital me dieron la noticia de que no había nada roto. Pero que había desplazamiento del hombro. Una fuerte luxación con rotura del acromio clavicular que me obliga a llevar en cabestrillo el brazo al menos unos 10 días, pero que me aparta de la bici hasta por lo menos 3 semanas. Para lo que pudo ser, estoy más que contento. Ojalá no hubiese pasado, pero no se puede hacer nada. Ahora a recuperarnos bien y en breve a dar guerra de nuevo. Gracias a todos los que me habéis preguntado estos días. ¡¡Se agradece!!
Mucho ánimo. En breve estás de nuevo dando guerra. Me alegro que haya sido más el susto que otra cosa. Un abrazote figura!
Gracias amigo!!
Muchos ánimos Goodman!
Gracias Paco Pil!!