La motivación es lo que mueve el mundo, al menos el mundo del deporte. Cada uno de nosotros tiene un «que», un «algo» que hace que nos levantemos del sofá y nos movamos. Para algunos es simplemente estar en forma, para otros bajar peso, o para muchos otros, alcanzar una meta o culminar un reto personal.
Pero, ¿la motivación es lineal? ¿Todos los días estamos igual de motivados? La respuesta es sencilla y rotunda: NO. Un mal día, un día lluvioso, una mala noticia, un entrenamiento demasiado duro del que no te has recuperado… Pueden haber cientos de causas por las que no tengas ganas de entrenar o no te apetezca ponerte las zapatillas y salir a correr. Afortunadamente tenemos algunas armas con las que combatir esos momentos malos.
Queda con alguien para entrenar
Esto no falla… casi nunca. Y es que si has quedado con alguien para entrenar, lo más probable es que vayas. Simplemente por el hecho de no dejar colgado a un amigo/compañero, irás a correr ese día. Funciona incluso los días lluviosos. También puede pasar que a tu compañero de fatigas se le peguen las sábanas y te quedes con cara de tonto esperando a que llegue, pero vamos a ser positivos, que seguro que eso no pasa…
La música, el gran aliado del corredor
Otro de los factores que nos ayudan a salir a correr. ¿A que muchas veces te apetece escuchar música? Pues que mejor momento que cuando sales a correr. Un pequeño MP3 y unos auriculares son el aliado perfecto para que durante esos 40 minutos o más, no te falte la motivación. La música es capaz de cambiar nuestro estado de ánimo, y para correr existen infinidad de lista de reproducción que podrás cargar en tu reproductor. O mejor todavía, crea tu propia lista de «running» con tus canciones preferidas. Incluso puedes hacerlo con canciones que te vayan marcando el ritmo de cada zancada.
Marcarse un objetivo
Correr por correr no es siempre sencillo. Pero, ¿y si tenemos un objetivo a corto (o largo) plazo? Seguro que si tenemos una carrera a unas semanas vista, será más fácil que te pongas las zapas y salgas a correr un rato. Imagínate si además has quedado con alguien… Doble motivación!! Importante que si te marcas un objetivo, sea alcanzable. Si no es así, puedes conseguir justo el efecto contrario, ya que puede aparecer la fustración por no ser capaz de conseguirlo. ¡Siempre objetivos realistas!
Entreno en grupo
Si antes hablábamos de entrenar con alguien, esta es todavía mucho mejor. Entrenar en grupo avitará que si alguien falla, haya siempre otro compañero ahí. Además, en todos los grupos se forman «subgrupos» por los diferentes niveles de los corredores. Si quedas con mucha gente, seguro que hay alguien con quien podrás compartir ritmo y kilómetros.
Strava, o como compararte con el resto (y contigo mismo)
Strava es un arma de doble filo, pero para mucha gente es una herramienta brutal. Nos sirve para ver cuales son nuestras mejoras, ya que puedes ver tus tiempos en una zona concreta y ver si estás mejorando o empeorando tus marcas. Pero no se acaba ahí. Además, puedes ver los tiempos en ese tramo de todo el mundo que ha corrido por allí y compararlos con los tuyos. Incluso puedes «seguir» a tus amigos y crear equipos o grupos, para ver clasificaciones más directas entre vosotros. Pero no te obsesiones. Se trata de mejorar tus tiempos para sentirte mejor. Deja la competitividad para cuando lleves puesto un dorsal.
Estrenar material
¿Recuerdas cuando empezabas el cole y estrenabas los libros? Aquella sensación de «me lo voy a aprender todo con estos libros…». Pues esto es lo mismo, aunque te puede constar el sueldo… Estrenas unos pantalones, unas zapas que te gustaban, una camiseta… Cualquier excusa es buena para salir a correr. Incluso si es la camiseta que te han regalado en una carrera en la que has participado.
El efecto dorsal
Aunque no es lo más recomendable, otro puntito extra de motivación es ponerse el dorsal. Participar en una carrera tiene ese efecto. Eres capaz de correr más rápido de lo que pensabas. Tu ritmo aumenta y tienes la sensación de que la multitud te arrastra. El llevar puesto el dorsal, te ayudará seguro.
Si con todos estos puntos todavía no te has puesto las zapas y has salido al correr, piensa en lo que supone para tu cuerpo esos kilómetros diarios. Mejora tu salud cardiovascular, bajarás de peso, te sentirás mejor y más contento (hacer deporte genera endorfinas). Así que si quieres ser más feliz, olvídate de la falta de motivación y ¡¡a correr!!