Esta claro que todo se valora en función de como a uno mismo le va. En mi caso no de como me ha ido, sino de como esperaba que iba a ser la mañana. Iba a ser una cursa muy mental, ya desde que sonara el despertador, porque no tenía ni idea de si iba a correr o no. A pesar de estar inscrito en la Cursa de Correbocs 2.0 en la población del Ordal (Barcelona), no tenía nada claro que pudiera participar por el dolor de talón que me esta martirizando desde el Marató de Barcelona del 16 de Marzo. Cuando ha sonado el despertador a las 6:30 horas y tras desayunar como lo vengo haciendo últimamente antes de una carrera o entreno largo, notaba alguna molestia. Mi pensamiento muy claro: «Yo voy cambiado. Cuando este allí corro un poco subiendo y bajando por la zona donde se recogen los dorsales, y si no puedo correr veo al team y me vuelvo a casa».
El caso es que una vez cambiado, decido que voy a robar con las viejas y cascadas ASICS Trabuco 14, que tienen muuuuchos tiros pegados, pero no se porque motivo, me daba la sensación de que iba a ir más cómodo que con las SALOMON XT WINGS 3, con las que corrí en el entreno del pasado domingo y lo pasé fatal en las bajadas.

Llego el primero del MORLACOS TEAM al Ordal, y cuando ya he recogido el dorsal llegan Artur, Laia y Albert. Bajamos a por los suyos y allí está Cesar. Al poco vemos a Jorge y a Alfonso. Les comento que no se que hacer mientras nos tomamos un café con un trozo de coca que la organización pone a disposición de los participantes (decir que al final de la carrera hay butifarra, cerveza, agua, Powerade para todos, e incluso si necesitas otra bebida, te la dan sin problemas). Tras la charla con el equipo y después de unas subidas y bajadas, decido que corro. Cesar, Artur, Jorge y Alfonso se ponen delante, mientras que Albert, Laia y un servidor nos quedamos un poco más atrás.
Tras la salida arrancamos por las calles del Ordal «asfalteando» el primer kilómetro. Seguimos juntos los 3 aunque Albert ha de parar a atarse de nuevo los cordones. Al momento nos pilla de nuevo. En el kilómetro 2, en una de las primeras subidas, Albert se queda. Veo que Laia va muy cómoda y le digo que tire, que no me espere. Miro hacia atrás a ver si veo a Albert, pero no lo veo, por lo que decido seguir y hacer «mi carrera». Rápidamente veo que será un suplicio. Para bajar he de hacerlo totalmente de puntillas. Lo mismo en los llanos. El problema es que las bajadas son de piedra suelta. Un buen trozo del recorrido transcurre por un cortafuegos con constantes subidas y bajadas en plan montaña rusa. Esas bajadas son autenticas trampas. Más que correr bajamos deslizándonos por las piedras. En el kilómetro 7, en la más pronunciada, intento adelantar a un par de corredores que veo que van bajando algo más lento, y al hacerlo resbalo y rápidamente (los que corréis por montaña sabréis a que me refiero con lo de rápidamente), decido no intentar frenar y «dejarme caer» buscando los sitios para poner los pies en milésimas de segundo. Detrás de mi escucho a la gente diciendo «¡¡cuidado, cuidado!!» y consigo llegar abajo sin caerme… Ha ido de un pelo…

Momento curioso en el kilometro 9, cuando me pasa un niño de 11 años como una bala… Joder… Si que empiezan temprano en esto de las cursas… Llegamos a la subida más fuerte del recorrido donde hay una campana en lo más alto que todos tocamos. Ese tramo se hace duro, ya que los últimos metros son de piedra y te tienes que ayudar de las manos para subir. Antes de llegar a las piedras, el corriol de subida se convierte en una revelación. Veo que voy adelantando a gente en las subidas. Camino más rápido que ellos. Me gusta… Llevo mucho rato con un grupo en el que dos chicas con acento andaluz, muy simpáticas, y otro chico vamos haciendo la goma. Ahora les adelanto yo, ahora ellos a mi, ahora las chicas. Poco a poco pasan los últimos kilómetros y a eso del 14 (según mi GPS 14,5), en un cruce le pregunto a unas chicas que cuanto falta. Llevo 1 hora 56… y ya que corría me gustaría haberlo hecho en menos de 2 horas, que supondría hacer 15 minutos menos que en 2013. Me dicen que sobre 1,5 kilómetros, con lo que eso de bajar de las 2 horas como que no, así que bajo el ritmo. A los pocos metros llego al avituallamiento y hay un cartel que indica 14,5kms. ¿¿¿Como??? ¡¡¡Joder!!! Podría haberlo hecho!!! Ahora ya es tarde…
Sigo corriendo y llego a la recta de meta, donde veo a Laia gritando «¡¡¡Vamos Morlaco!!!». Se pone a mi lado y cruza la meta conmigo. Al final 2h06m, quedándome en 9 minutos menos que el año pasado. Muy contento, ya que a pesar de correr en «plan bailarina» no me he caído, no me ha dolido el talón y he mejorado mi tiempo.

Muy, pero que muy contento con el equipo. Laia ha bajado de las 2 horas, Albert ha llegado sin molestias, Cesar ha quedado octavo de la general en la de 30 kms y Artur primero de la categoría junior también en la de 30. Jorge no se que tiempo ha hecho, pero le he visto muy entero tras la ducha. El susto lo ha dado Alfonso, que ha tardado más de lo previsto por problemas en la rodilla. Eso si, como siempre acabando y mostrando su #morlacosattitude
Felicitar desde aquí a la organización. Un ejemplo para otras carreras. A nivel de voluntarios, de servicios, de obsequios… Y encima una camiseta bien chula…