Hace solo un par de meses no creía que pudiera entrenar con la continuidad que lo estoy haciendo en estas fechas. Hace tres meses menos todavía. Para los que leéis este blog desde hace tiempo, que no sois pocos, recordareis que desde el verano pasado fui arrastrando desde una periostitis tibial, hasta una fascitis plantar, pasando por un esguince de tobillo.
No poder correr sin dolor era algo impensable. Cuando no era una cosa, era otra o incluso dos, ya que la fascitis y el esguince convivieron durante un mes o dos. Seguí saliendo a correr, pero el dolor se hacía insoportable. Para los que no estamos habituados a tener molestias, cualquier señal de nuestro cuerpo nos parece una lesión, pero hablando con otros runners del grupo, las molestias están a la orden del día. Prácticamente todos corremos con algun dolor, por pequeño que sea, que se deja notar. Algunos mas, otros menos, pero todos sufrimos corriendo.

Y eso es porque no queremos parar de correr. Cuando el fisio me dijo en noviembre que lo que tenía que hacer era parar del todo, no quería creérmelo. ¿No correr durante cuanto tiempo? Eso ni de coña… pues bien, resultó que era la solución. Aunque la fascitis remitió por si sola tras participar en la Ruta de les X Ermites, en la que corrí con unas medias compresoras para evitar el rebote de la musculatura del gemelo, la fascitis no solo no remitía sino que hacía que el tobillo me doliera mas.
Así que le hice caso. Deje de correr. Aprendí a sustituir la carrera a pie, por algo de bici, algo de elíptica y algo de remo. Sobretodo para no perder del todo ese mínimo de forma física que podía tener. El resultado final: cuatro meses parado… Eso si, volver a correr sin ningún tipo de molestia no tiene precio. Esta claro que el ritmo por kilómetro no es el mismo, aunque tampoco importa mucho a mi nivel. Mis compañeros del Morlacos Team estan bastante por encima, sobretodo los «jóvenes» y también Ivan.

Esa sensación de volver a correr sin sentir dolor, disfrutando de la carrera, del paisaje… Casi no lo recordaba. Corriendo me libero de los problemas que acuden a mi cabeza por el día a día y por las historias que todos nosotros metemos en nuestras cabezas. Esos 7, 8 o 10 kilómetros que hago cuando entreno durante la semana, siempre por la tarde para no fallar, porque por la mañana me es imposible, me ayudan a despejar mi mente y a poder apartar de ella las cosas negativas, que las hay.
El pasado domingo tuve alguna molestia en el gemelo que me obligo a pasar por el fisio el lunes. Marte y miércoles tampoco pude entrenar, esta vez por trabajo, pero ayer, a pesar de las pequeñas molestias aún en ese gemelo derecho, era obligado… Y cayeron 10 kilómetros… en plano eso si… pero 10 kilómetros mas a la cuenta de este mes de mayo. En abril acabé con unos 120 kilómetros de running, que me supieron a gloria y me ayudaron a finalizar la MTBCN el pasado día 27 de abril. Ahora en el punto de mira la Cursa de les Tres Comarques, o Cursa de Alpens, que fue donde nos estrenábamos el año pasado Pere y yo.