Hoy tocaba sufrir, aunque no esperaba que tanto. Tenía claro que mi momento de forma no es el mejor y que lo iba a pagar, pero no esperaba que el running fuera tan cruel conmigo.
Después de llegar a casa casi a las 2,30 horas tras una cena con los amigos, levantarse a las 6,45 horas ya ha sido una odisea. Como ademas ya había llegado demasiado tarde a casa, no había dejado nada preparado para hoy, a excepción de la bolsa de hidratación en la nevera. Solo quedaba salir corriendo a buscar el coche y recoger a Jose para su debut en la montaña. Punto de encuentro: Pza. Mireia.
Hemos llegado los primeros, y al momento han llegado Jordi, Albert y Raul. Al poco ha llegado Pere. Tras unas frases y chocadas de mano, no sin apelar a mi falta de consciencia por apuntarme a la X Ermites con el entreno que llevo, hemos partido Ctra. de Les Aigues arriba. Quienes corráis por la zona conocéis la subida que hay desde la rotonda del kilómetro 9 hasta el puente de madera de casi el kilómetro 8… Tremenda… Pues por si eso no era suficiente, hemos seguido subiendo hasta la base de la emisora, por un camino que no dejaba de subir y lo peor de todo es que el grupo no aflojaba el ritmo, siendo excesivamente rápido para mi. Para que os hagáis una idea, en el kilómetro 2 yo ya he empezado a andar…

Una vez arriba y tras una pequeña bajada, seguimos subiendo. Así hasta el cruce de antes de llegar al hotel Florida, que esta en la base del Tibidabo. Pere me ha acompañado durante gran parte de esta subida e incluso Albert me ha ayudado a tirar durante una trialera antes de llegar a Vallvidriera. Realmente este grupo tiene esto. Ante todo somos MORLACOS, y eso significa ayudar al que vaya peor, o bien animándole o bien tirando de el en los momentos más difíciles.
Ahora tocaba bajar. Una bajada larga, desde el cruce hasta el kilómetro 2 de la CDLA (Ctra. de Les Aigues), bajando por Can Borni y por otra trialera. Pensaba que después del castañazo de la semana pasada, tendría miedo en las bajadas, pero no ha sido así. Al final será verdad que soy un imprudente… El resto del camino ya no presentaba dificultad. Era totalmente llano hasta prácticamente 1 kilómetro de la llegada. ¿Dificultad? Nunca lo he pasado tan mal en la CDLA.
Cuando he visto que faltaban 7 kilómetros me quería morir. Y eso que ya había querido morirme varias veces durante la subida… He conseguido avanzar corriendo, andando, bebiendo agua, corriendo de nuevo… Muy duro la verdad. No hacía un calor excesivo, pero supongo que también afecta. Cuando algún runner pasaba por mi lado intentaba engancharme a el, pero me era totalmente imposible. Encima, mentalmente iba cargándome con la idea de que mis compañeros ya estarían casi llegando, y me tendrían que esperar un buen rato, por que casi no era capaz de correr durante más de 1 kilómetro seguido.
Cuando finalmente he llegado, ellos estaban estirando y esperándome. Según ellos llevaban unos 4 o 5 minutos allí, pero no les creo… Yo he caminado bastante y ellos llevaban un buen ritmo. A no ser que hayan hecho alguna parada técnica larga, no es posible que haya llegado con tan poca diferencia.
Las conclusiones de hoy clarísimas. Necesito más kilómetros, necesito dormir más, necesito más entreno en montaña. Lo único positivo de hoy además de habernos juntado la mitad de los Morlacos, ha sido que en el entrenamiento ha sido ideal mentalmente. Quiero decir que correr tantos kilómetros solo, sufriendo así, es muy bueno mentalmente por que aunque en un principio pienses que no, te ayuda a estar preparado para carreras en las que correrás solo y en las que sufrirás, y de eso yo se un rato… 😉
Excelente comentario y felicitaciones por no tirar la toalla, por no rendirse! Ya que para los que corremos y gustamos de ello, sabemos que cumplir la meta es lo mas satisfactorio! Saludos