En la calle llueve a cántaros, pero no quieres perderte el entreno de hoy. Sales a correr y, como era de esperar, llegas a casa empapado y con las zapas como si hubieses estado saltando en los charcos como un niño al salir del cole…
El problema es que secarlas del todo te llevará tiempo, y tú quieres salir a correr en dos días, o incluso al día siguiente. Así que ahí te va el truco (del almendruco ;-)) para que puedas volver a ponerte las zapas lo antes posible.
Lo primero que tenemos que hacer es «desmontarlas». Quita los cordones y las plantillas. Así, por partes, se secarán antes. Si te aprieta el tiempo, utiliza un secador (sin pasarte) para quitar un poco la humedad. Pero lo que realmente te ayudará, será lo siguiente: introduce papel de periódico (cosa difícil hoy en día) o en su defecto, utiliza papel de cocina, que de eso seguro que todos tenemos en casa.

Haz bolas de papel e introducelas en las zapas, hasta la puntera. El papel absorvera la humedad acelerando el secado. Si estuvieran muy, muy mpjadas, tendrás que cambiar el papel varias veces. Después colócalas en algún lugar ventilado. Si puede ser que no les pegue el sol directo.
Recuerda que salir con unas zapas humedas es, casi seguro, sinónimo de ampollas en los pies…

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