Todo runner sueña con ser constante, pero la realidad es otra. La motivació va y viene. No todos los días te levantas con las mismas ganas, pero si que es verdad que cuando estás bien, las cosas fluyen. Ahí es cuando puedes empezar a ser constante. Por ejemplo, en mi caso particular, estoy en tan baja forma, que cuando pienso en salir a correr, se me encienden todas las luces de alarma posibles, pensando en que voy lento, que no soy capaz de correr 10kms cuando antes eso no era nada, etc…

¿En qué momento pasan todas esas alarmas a lucecitas de color verde? Cuando has conseguido que salir a trotar/correr sea una rutina. Cuando sale a entrenar 3-4 días por semana y notas mejoría. Cuando al acabar piensas en que tienes ganas de que llegue el siguiente día para salir de nuevo.

La clave para crear un buen hábito es la repetición. No te hablo de correr hasta que no puedas más el primer día y después estar sin salir una semana. Es preferible salir menos rato varios días a la semana. Tu cuerpo lo cogerá como una rutina más. Como lavarte los dientes, pero sudando un poquito más.

Un truco es dejar todo preparado con tiempo. Prepara todo el kit de running el día anterior para que no sea una excusa que pierdas tiempo en prepararlo cuando vas a salir. Planifica el recorrido con tiempo para que no tengas que pensarlo cuando salgas a la calle.

Al final, la constancia es lo que convierte a los corredores ocasionales en corredores de verdad. No se trata de correr cuando apetece, sino de hacerlo hasta que se convierta en parte de tu día a día. Y cuando eso pasa, salir a correr deja de ser una obligación y se convierte en una necesidad.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

FRASE DE LA SEMANA

«Tu tranquilo, que yo te espero…»