Esta tarde en la oficina me he vuelto loco. Sólo se me ocurre que haya sido eso lo que ha pasado. Así, de pronto, le he dicho a mis compañeros que el año que viene correré el Maratón de Barcelona. Sin anestesia…
Ojo que ahora mismo casi no soy capaz de correr ni media hora, pero tenemos un año por delante y, según dicen, el cuerpo tiene memoria. Ahora la idea es empezara trotar para acostumbrar al cuerpo de nuevo al ejercicio varios días a la semana y de cara a diciembre, comenzar con el plan específico de maratón de 16 semanas.

¡¡Joder, qué fácil parece sobre el papel!! La realidad será muy diferente, seguro. Estas últimas semanas he ido corriendo (trotando) algún día, pero con un día a la semana no hacemos nada. Mañana jueves trotaré, aunque sea en cinta, 30 minutos. No es nada, pero serán 30 minutos más que ayer. 😉
Estoy buscando algún «sparring» para que me acompañe en la aventura, pero por ahora no puedo quedar con nadie. No tengo ritmo. Si todo va como tiene que ir, en unas semanas seré capaz de correr al lado de alguien y manteniendo una conversación. Ahora toca sufrir solo. Es el precio por no haber hecho poco más que nada de deporte en estos 4 años. Excusas mil… Que si el trabajo, que si la niña, que si llueve… En fin, nada que os sorprenda.
Me hace ilusión, porque al final es como empezó este blog a cobrar vida. Como una especie de diario de como preparar una prueba de la mítica distancia. ¿Me acompañais?

Deja un comentario